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El matrimonio acusado del asesinato de la niña de Almería niega haber estado en el lugar del crimen

"Si encuentran una sola prueba, que me dejen en manos de la familia", dice la acusada

El matrimonio acusado del asesinato de la niña de siete años Montserrat Fajardo en marzo de 2002 en Almería, Engracia Santiago Fajardo, La Mariqueña, de 49 años, y Antonio Fernández Santiago, El Follares, de 52, negó en la vista oral que prosiguió ayer que hubiesen entrado siquiera en la casa de la sobrina de Engracia también imputada, Juana Santiago Santiago, donde se cometió el crimen. La Mariqueña dijo que sólo vio dos veces a su sobrina Juana antes de que apareciera el cadáver. También testificó la tendera que vendió a Juana la caja en cuyo interior se encontró el cadáver.

Engracia Santiago Fajardo, La Mariqueña, tía de la otra acusada por el asesinato de Montserrat y tía también del padre de la pequeña fallecida, Francisco Fajardo, aseguró ante el jurado popular que no llegó a entrar a casa de su sobrina Juana. "Fui a su casa a llevarle un spray para el dolor de piernas sobre las diez de la noche. Y esa fue la primera vez que yo vi a Juana en toda la tarde. Estuve allí el tiempo de fumarme un cigarro en la misma puerta. No llegué a entrar", relató.

"Yo llamé a la puerta. Ella me abrió, me quitó el spray de la mano y empezó a echárselo. Su hija miraba hacia adentro y su marido estaba tumbado en el sofá", describió la mujer. Engracia Santiago aseguró que supo del extravío de Montserrat cuando regresaba a su casa, después de dejarle el spray a su sobrina. "Le dije a mi marido que se había perdido la niña y nos fuimos a buscarla. Vino la madre de Juana y nos fuimos a buscar una rebeca a su casa. Esa fue la segunda vez que yo vi a Juana ese día", insistió.

El fiscal hizo ver al jurado que Engracia se contradijo ayer con lo declarado en su día respecto a las horas en la que visito a su sobrina.

La Mariqueña negó que interviniera en la muerte de la niña o que ayudara a sujetarla para que la matasen. "Ya le digo que si encuentran una sola prueba contra mi que no me metan en la cárcel, que me dejen en manos de la familia de la niña", contestó la mujer al fiscal.

La acusación particular, por su parte, hizo constar contradicciones de la imputada respecto a las declaraciones realizadas durante la instrucción del caso en las que reconoció que cuando fue a casa de Juana a por la rebeca se marcharon juntas Juana, su hija Carmen Mari y ella a buscar a la niña. "No me acuerdo. Vino la policía y me dijo que me echara la culpa de que yo había estado con Juana", contestó.

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El fiscal también hizo constar las contradicciones de Antonio Fernández El Follares, ya que éste declaró durante la instrucción que aquella tarde se fue con su mujer en busca de su hijo Antonio, pero que no lo encontraron, mientras que ayer ante el jurado aseguró que estuvo hablando con su hijo.

"Nueva y limpia"

"Es incierto que fuéramos a casa de Juana en lugar de a buscar a nuestro hijo", remachó el acusado. El abogado del matrimonio hizo constar que en las cuatro declaraciones previas a juicio realizadas por Juana Santiago Santiago ésta nunca implicó a su tía y al marido de ésta, algo que si hizo el lunes pasado en la primera sesión de la vista oral.

En calidad de testigos comparecieron también el policía y las dos vecinas que descubrieron la caja con el cadáver de la niña en su interior. El agente confirmó que descubrieron el cadáver en la esquina de la calle Sierra de Monteagud en una caja "nueva y limpia" de 80x80 centímetros. "La niña estaba boca arriba. Tenía todo el torso chamuscado, el pelo rizado pero hinchado. Estaba muy hinchada. Tenía como cortes por todo el cuerpo. Solicité refuerzos para que nadie tuviese acceso a la caja", concluyó.

La propietaria de una tienda de artículos de decoración donde Juana Santiago se hizo con la caja adquiriendo una mesa, ratificó que vendió la caja a Juana "un mes o tres semanas antes" de que se encontrara el cadáver de la niña en su interior.

Otra testigo llamada a sala prima de Engracia La Mariqueña y Antonio El Follares, Raquel Santiago Amador, aseguró ante el jurado al igual que su novio Juan Antonio Salinas que vieron a la pequeña Montserrat paseando al filo de las 20.00 mientras comía una bolsa de gusanitos. La pareja confirmó que la niña iba sola, que no había nadie en los alrededores y que la dirección de sus pasos iban cerca de la casa de Juana Santiago Santiago.

Hoy está prevista la comparecencia de otros siete policías nacionales. El padre de la niña asesinada en la barriada almeriense de Piedras Redondas, Francisco Fajardo, volvió a demandar "mucha justicia" porque su hija "no se merece otra cosa. Era una criatura, un ángel de dios", afirmó.

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