"Trato de reflejar lo que pasa ahí fuera"
Pregunta. Es sociólogo. ¿El rap es la manera contemporánea de abordar la sociología?
Respuesta. Tampoco es que me lo haya planteado. Estudié sociología porque me parecía interesante, aunque a la hora de la verdad no lo fue tanto. Lo de rapear me vino desde pequeñito. Te va llevando, te va llevando y cuando te quieres dar cuenta estás atrapado.
P. ¿Fue muy difícil hacer de esto un oficio?
R. Fue difícil porque es raro. Yo hacía mis maquetas pero no tenían mucha repercusión. No veía que pudiera vivir de esto, pero fui a muerte. Ahora me siento bien porque he llegado a organizarme de tal manera que puedo ir trabajando en esto, no sólo hacer conciertos y discos sino ayudar a los chavales en talleres, promover conciertos de otra gente...
P. El hip hop es muy complejo, no es sólo música y letras...
R. Es una forma de vida, una sensación que tienes y cuando ves a alguien que también la tiene te identificas, como ocurre en otros ámbitos. Es una cultura que tiene cuatro elementos: el graffiti, el DJ que pincha, la gente que baila break dance y los que componemos el rap. Nos identificamos con una forma de pensar y de luchar contra un sistema que a veces es injusto y nos mira como números. Estoy aquí dentro y me siento muy orgulloso.
P. Usted hace pedagogía, imparte talleres de hip hop.
R. No lo llamaría pedagogía. Me parece un término demasiado intelectual. Me lo planteo como estar con los chavales. Muchas veces nos tienen a los artistas de hip hop como algo intocable y somos gente normal. Me interesa motivarlos, porque muchos de ellos ven en el hip hop una salida a muchos de los problemas que tienen y les ayuda a enfocar las cosas.
P. ¿El rap es un cruce de poesía y música?
R. Sí, con el ritmo, con el bombo, con la caja transmites una energía que se mezcla con la letra y que va más allá que el simple hecho de recitar, que también es muy bonito pero tiene otra energía.
P. Lo que usted hace es muy singular.
R. Todos somos singulares de alguna manera. La mía es que trato de hacer mi historia, contar mis cosas y dar lo mejor de mí mismo. Trato de reflejar lo que pasa ahí fuera.
P. ¿Qué inspira sus letras?
R. Todo. Intento ser observador. A veces se me va un poco la olla de tratar de absorber cosas que veo. Suena tópico pero me inspira la vida en sí.
P. Sus letras siempre tienen mensaje.
R. Me parece importantísimo ya que tengo un arma como la voz y poder vender miles de discos y llegar a la gente. Hay muchas cosas que se pueden decir y la música no está en eso sino dando mensajes súper-vacíos de mueve tu culito, ya te quiero, no me quieres...
P. ¿Qué le preocupa del mundo?
R. Que hay muy pocos ricos y muchísimos pobres, y se está perdiendo la clase media. Eso va a crear un choque en el futuro. También me preocupan la intolerancia y la ignorancia, la tendencia que hay a hablar muy rápido y poner en tela de juicio la vida de alguien sin realmente saber ni conocer a la persona.
P. ¿Para ser rapero hay que ser rebelde?
R. No es necesario, basta con sentir esta cultura como tuya. Tenemos una imagen de rebeldes y de crudos, y en cierto modo es así porque no nos cortamos: si tenemos que decir las cosas claras, las decimos. Intentamos mostrar las cosas tal y como son.
P. ¿Le piratean mucho?
R. Mucho. Es lo que hay. Abogo por que la gente sea militante: si no compran mis discos no voy a poder sacarlos.
EN DOS TRAZOS
Nacho Fornés, 'Nach', (Albacete, 1974) es uno de los raperos con mayor personalidad en el 'hip hop' español. Mantiene una relación de amor-odio con Alicante, donde vive desde niño, y se considera un tipo normal que pone sus inquietudes sobre un ritmo para crear una sensación y transmitirla. Su trabajo 'Poesía difusa' fue el disco de 'hip hop' más vendido en España en 2003. Su pasión por esta cultura urbana le ha llevado a impulsar una empresa dedicada a desarrollarla por el mundo. Su última grabación, 'Juega', ha sido la canción oficial de la temporada 2004-2005 de la liga profesional de baloncesto ACB.
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