"Sin industria no se puede construir una sociedad avanzada"
José Vicente González (Valencia, 1946) asumió la presidencia de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) el pasado mes de abril, apenas cuatro meses después de que la liberalización comercial total del textil o el calzado revelara el auténtico calibre de la competencia en un mercado sin fronteras. Ingeniero Industrial, inició su carrera profesional en una empresa familiar avanzada en su día donde impulsó un departamento de I+D hace ya dos décadas y con notable éxito. La empresa produce y vende en Europa, Latinoamérica y Asia. Y González es su accionista mayoritario. Conoce, pues, el calibre del reto que supone la globalización, recuerda que cada empresario es el último responsable de su destino y sostiene que es clave mantener una industria potente para afianzar una sociedad avanzada que estime el conocimiento.
"La CEV persigue que eso que se llama guerra del agua no sea sino una paz con agua"
"Es mucho más fácil fusionar dos empresas de dos mil empleados que dos de cinco"
"La globalización está ahí y va a haber una criba. Habrá ganadores y perdedores"
Pregunta. Cae el peso del sector industrial en el PIB regional.
Repuesta. Es verdad pero hay que matizar mucho. La industria reduce su contribución al PIB porque es el sector económico que tiene mayor productividad. Está más abierto a la globalización y a la competencia. Cuando uno va a comprarse un televisor no le importa demasiado dónde está fabricado, pero uno no se plantea cenar en Almàssera o en Shanghai, esa no es una opción. A precios constantes la reducción del peso de la industria es mínimo. La construcción y los servicios elevan su contribución al PIB, pero no podemos olvidar qué valía un piso hace diez años y qué vale ahora, mientras que los precios industriales han crecido por debajo de la inflación.
P. ¿Por qué es esencial que la industria conserve cierto peso?
R. La industria da estabilidad a medio y largo plazo. Y, con todos los respetos, la calidad del empleo industrial es muy superior. No creo que se pueda construir una sociedad avanzada, de conocimiento, en la que trabajan muchos universitarios, sin industria, no puede ser una sociedad turística. Es un sector más productivo que los demás. Hace frente a la competencia manteniendo los precios mientras que los demás repercuten directamente los costes. Y paga mejores salarios.
P. La actual competencia, ¿pone en peligro sectores maduros?
R. No. Los sectores no van a desaparecer. La globalización está ahí y va a haber una criba. Habrá ganadores y perdedores, sin duda. Algunas empresas saldrán fortalecidas, otras debilitadas y otras, no saldrán. Pero eso no es nuevo, ha pasado siempre.
P. ¿Y los trabajadores?
R. Lo más preocupante es que habrá personas que será muy difícil reconvertir a otras actividades, pero, en ese caso, tenemos una gran ventaja, tenemos el mejor sistema social del mundo, el sistema europeo, que permite que parte de las ganancias de los ganadores vayan a los perdedores y que los perdedores no vayan a la miseria.
P. ¿Facilita la Administración esa reconversión?
R. Sí. Se están creando empleos en otros sectores. Pero queda mucho pendiente. Por ejemplo, tenemos problemas para que un trabajador del textil pueda recibir formación para trabajar en el sector turístico, lo que provoca problemas en algunos distritos industriales. En algunos casos podemos prever que se van a perder equis puestos de trabajo y sería bueno no esperar a que se pierdan para formar a la gente antes de perder su trabajo.
P. Las empresas, ¿se resisten a reconvertirse?
R. Es parte de la idiosincrasia valenciana. Las pequeñas empresas no pueden hacer muchas cosas en solitario pero no vamos a estar toda la vida llorando por esa limitación. Vamos a reconocer que el problema existe y vamos a estudiar vías de cooperación, aunque es mucho más fácil fusionar dos empresas de dos mil empleados que dos de cinco. También se pueden buscar nichos específicos de mercado: tal vez no puedo estar en el mercado fabricando mesas, pero sí fabricando las mejores patas de mesa de Europa.
P. Los planes estratégicos que impulsa el Consell, ¿van en la dirección correcta?
R. Sí. Han surgido de los propios sectores y hay que admitir a priori que el propio sector sabe lo que necesita. Pero ahora deben llevarse a la práctica, habrá demandas de varios sectores que podrán agruparse. Y habrá que dotarlos económicamente. Otro factor importante es el efecto psicológico que tiene sobre las empresas, que su situación sea un tema que preocupa al gobierno siempre es estimulante.
P. ¿Hay que pensar en producir o en vender?
R. Pensar que lo fundamental es la producción y lo demás son añadidos es un error. Así nunca vamos a ser competitivos. La producción forma de un paquete, que incluye el marketing, la comercialización,... y, en muchos casos, no es la parte que aporta más a la cadena de valor. No se puede descuidar la producción, pero hay que vivir de cerca la evolución del mercado para adaptarse.
P. ¿Nadie preveía los efectos de la liberalización comercial?
R. ¿Cuándo se han tomado aquí medidas drásticas? Cuando hemos tenido problemas muy serios. Habría sido beneficioso adelantar el Plan de Estabilización de 1959, o los Pactos de La Moncloa, pero se hicieron cuando se hicieron, y funcionaron muy bien.
P. ¿Estamos asistiendo a una nueva reconversión?
R. Como siempre. Pero la situación actual se distingue por la extensión y la velocidad con la que se está produciendo. ¿Qué era China hace diez años? ¿En qué ligas jugaba?
P. ¿Tienen intereses contrapuestos el Norte y el Sur de Europa frente a China?
R. Eso sucede siempre en los espacios económicos grandes, o que nos homogéneos. China plantea a Bruselas: '¿Cuántos millones de camisetas de algodón tengo que vender para comprar un Airbus?' Pero la respuesta desde el Sur de Europa es: 'Oiga, da la casualidad que yo no vendo Airbus'. La tensión existe siempre, incluso en nuestro propio país.
P. Los sindicatos lamentan no haber participado en la elaboración de los planes estratégicos.
R. Los planes se han revisado en el seno del Pavace y los sindicatos los han aceptado. Esta misma semana celebraron la firma de la revisión del Pavace. Ha habido discrepancias, pero eso es normal en estas cosas.
P. ¿Por qué impulsó un código de buen gobierno en el seno de la CEV?
R. No todas las actuaciones de una institución están recogidas en las normas o estatutos. Hay actuaciones que tal vez sean acordes con la legalidad pero quizá no tengan la carga ética que deban tener. Un ejemplo muy tontón, ¿por qué no va ser suministrador de la CEV cualquier empresario que sea miembro del comité ejecutivo si ofrece un buen producto y es competitivo? Cualquiera puede serlo, lo único que dice el código de buen gobierno es que eso debe ser público. Así, todo el mundo lo sabe y se evitan malas interpretaciones.
P. ¿Qué es la transparencia?
R. No parece que sea malo que los miembros de la junta directiva conozcan con antelación los asuntos que se van a tratar en sus reuniones, o que puedan leer en la página web de la CEV la conferencia que dio su presidente esta semana. Lo hemos discutido mucho porque lo importante es que se interiorice. Como los buenos contratos, que son los que se firman, se meten en un cajón y no se sacan nunca.
P. José María Cuevas ha anunciado que optará a un nuevo mandato al frente de CEOE...
R. Eso es legítimo.
P. Joan Rosell, presidente de Foment del Treball ha dicho...
R. Ha dicho que quizá.
P. Se imagina a Rafael Ferrando como presidente de CEOE
R. Nunca le he escuchado decir que quiera ser presidente de la CEOE, pero la pregunta es ¿y por qué no? Es vicepresidente, está cerca.
P. ¿Tomará posición la CEV ante las elecciones a la Cámara de Comercio de Valencia?
R. Convendría recordar que las elecciones son al pleno de la cámara, no al presidente, es una votación indirecta. El pleno que se constituirá en su día será sensiblemente diferente al actual. En primer lugar ha habido una reclasificación del peso específico de cada sector, algo que no se hacía hace mucho tiempo, en función de su aportación al PIB, al número de trabajadores que emplea.... Y en segundo lugar, habrá mucha gente que no querrá presentarse, que es mayor... Lo único que quisiera decir es que me gustaría que el pleno de la cámara fuera soberano para elegir a su presidente, tiene que ser soberano.
P. ¿Quiere decir que teme interferencias exteriores?
R. Quiero decir que el pleno de la cámara es el órgano soberano para elegir a su presidente.
P. ¿Qué sectores han elevado su peso?
R. No ha habido cambios dramáticos. Ha subido el sector servicios, el sector de la construcción y ha bajado la industria. Los estatutos de la cámara prevén que se haga de forma periódica para adaptar su representación lo más posible a la realidad.
P. ¿Ha generado fisuras en el seno de la patronal la guerra del agua?
R. Fisuras, no. La CEV persigue que eso que se llama la guerra del agua no sea eso sino una paz con agua. Que impere la calma, el sentido, que se enfoque el problema en su conjunto porque con la escalada verbal de las últimas semanas se ha corrido, y se corre, el riesgo de una fractura social entre Valencia y Alicante que va más allá de los propios agricultores. Nosotros pedimos calma, sosiego. Siempre hemos dicho que es difícil que se produzca de una forma eficaz el trasvase de agua si no hay acuerdo entre los cedentes y los receptores. El agua es un bien común, escaso, estratégico, emocional, y todo eso hay que tenerlo en cuenta.
P. ¿Qué quiere aportar a la CEV bajo su mandato?
R. Pretendemos que la CEV tenga una opinión sobre todos los temas que interesan a las empresas que la integran. Eso no sucederá de la noche a la mañana, pero está en marcha. Tengo mucha fe en las comisiones de trabajo. También hemos iniciado relaciones con instituciones empresariales como la cámara. Estoy satisfecho del ritmo de cumplimiento del proyecto, porque creo que los proyectos son para cumplirlos.
P. ¿Qué fue la cumbre de Peñíscola?
R. Una gran demostración de cohesión empresarial.
P. ¿A quién iba dirigido el mensaje?
R. A la empresa y los empresarios.
P. Que al final son, cada uno de ellos, los que tienen que salvar los muebles...
R. Naturalmente, los problemas no se los van a resolver desde ningún lado, no se los van a resolver desde la CEV, entre otras cosas porque ¿quién sabe mejor lo que le conviene que el que lo está viviendo cada día?
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