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Reportaje:

Mujer al mando

La teniente de navío Esther Yáñez se convierte en la primera oficial al frente de un buque de la Armada

Las Fuerzas Armadas españolas tienen 12.641 mujeres, que representan un 11% de todos los militares. El porcentaje de oficiales es aún más raquítico: un 2%.

Una de ellas, la teniente de navío Esther Yáñez González-Irún (Cádiz, 33 años), hizo ayer historia en el Ejército español al tomar el mando del patrullero Laya -con base en el Arsenal de la Carraca de San Fernando- y convertirse en la primera mujer al frente de un buque de la Armada. "Afronto el reto con ilusión", afirmó con firmeza castrense. Sólo dejó escapar un atisbo de emoción cuando detalló que ha trabajado "duro" para ganarse el respeto de sus superiores y subordinados, y para que su familia, de profunda tradición militar, "disfrute ahora" con sus logros. Hija de un marino de guerra, la gran pasión de la teniente Yáñez fue desde pequeña parecerse a su padre.

Con todo, su vocación era una quimera ante la imposibilidad de las mujeres de ingresar en el Ejército. En cuanto se levantó la veda, Yáñez cambió la carrera de Medicina que había iniciado por la carrera militar. Su ascensión fue meteórica y marcó una nueva senda en la búsqueda de la igualdad de sexo al ocupar cargos en los que ninguna mujer había estado antes. Fue la primera en entrar, en 1990, en la Escuela Naval de Marín (Pontevedra), la primera española marina de guerra, y la primera en recibir un despacho de oficial. Ayer volvió a sentirse "pionera" al relevar al teniente de navío Antonio González Tamago.

De inmediato, matizó en una demostración de humildad: "Hay otras muchas mujeres pioneras en la Armada".

En los próximos 12 meses, esta oficial comandará el Laya, con una dotación de 20 personas. "Trabajaré para que esto se vea con normalidad", dijo, aunque reconoció que aún existen diferencias entre las tropas de marinerías, con presencia creciente de mujeres, y el cuerpo de oficiales donde, según lamentó, "hay pocas". Con todo, aclaró: "Nunca he sentido ningún tipo de actitud discriminatoria".

Casada y sin hijos, añadió: "En lo que sí que tenemos que seguir trabajando es en la conciliación de la vida laboral y familiar, porque ésta es una profesión que te exige mucha disponibilidad".

La teniente Yáñez, en el momento de asumir el mando del patrullero <i>Laya</i>.
La teniente Yáñez, en el momento de asumir el mando del patrullero Laya.

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