Barcelona participará en la planificación de todos los servicios sociales de la ciudad

El Ayuntamiento de Barcelona participará en la planificación de todos los servicios sociales que se prestan en la ciudad, incluidos los que no son competencia municipal, como los centros para discapacitados, los de atención a la infancia y los de mujeres maltratadas, que dependen del Departamento de Bienestar y Familia. La programación conjunta de la atención social entre Ayuntamiento y Generalitat se hará a través del Consorcio de Servicios Sociales, que se constituirá antes de fin de año. Posteriormente, el consistorio asumirá las competencias sobre los geriátricos.

La creación del Consorcio de Servicios Sociales de Barcelona y el traspaso al Ayuntamiento de las competencias sobre los equipamientos para la tercera edad son dos viejas aspiraciones del consistorio de la capital catalana. Aunque ambos objetivos están recogidos en la Carta Municipal aprobada en 1998, los desencuentros del gobierno municipal de izquierdas y el de CiU en la Generalitat los mantuvieron bloqueados hasta que la llegada del tripartito al gobierno permitió reanudar las negociaciones entre las dos administraciones.

La consejera de Bienestar y Familia, Anna Simó, y el alcalde de Barcelona, Joan Clos, anunciaron ayer que los estatutos del Consorcio de Servicios Sociales ya están redactados y que el organismo estará constituido antes de acabar el año. Simó definió el nuevo organismo como "una herramienta de cogobierno" de los servicios sociales que ha de servir para acercarlos a la ciudadanía y hacerlos más accesibles.

El papel del Ayuntamiento en la planificación y programación de la atención social es crucial, ya que, como administración de proximidad, conoce las necesidades en esta materia de cada uno de los barrios de la ciudad. El consistorio tiene en la actualidad competencias en la atención social primaria (con una treintena de equipamientos, como comedores sociales y centros para personas sin techo, entre otros). Los servicios más especializados son competencia de la Generalitat. De ellos, los conocidos como de tercer nivel (equipamientos para discapacitados, atención a la infancia y centros para mujeres víctimas de violencia doméstica) seguirán dependiendo de la Generalitat, aunque el gobierno municipal participará en su planificación y gestión.

En cambio, los servicios especializados de segundo nivel (una treintena de residencias y centros de día para ancianos) pasarán a ser competencia municipal, aunque todavía no se ha definido cómo se realizará tal traspaso.

Los estatutos del nuevo consorcio establecen que su gestor será nombrado "de común acuerdo" entre las dos administraciones.

El alcalde de Barcelona destacó ayer la gran presión que soportan los servicios sociales de la ciudad y mostró su esperanza en que el nuevo marco de colaboración con la Generalitat permita ampliar la oferta de servicios para "ponerla al mismo nivel que han logrado otros municipios de Cataluña y al de las sociedades modernas". "Tenemos un Gobierno que prioriza el gasto social", dijo Clos en alusión al tripartito, al que agradeció su "voluntad política" para desencallar los artículos de la Carta Municipal sobre los servicios sociales.