Más de 25 años de Rock
El grupo Medina Azahara supera el cuarto de siglo con un nuevo disco: 'La estación de los sueños'
Un cuarto de siglo da para mucho. Para que cambien gobiernos; para que a un país no lo reconozca "ni la madre que lo parió"; para que modas pasajeras lleguen y se marchen sin dejar rastro; para que cambien peinados y ropas... Pero 26 años también dan para que un grupo de rock se afiance como un referente para viejas y nuevas generaciones de melómanos.
Más de un cuarto de siglo ha pasado ya desde que Medina Azahara publicó su primer disco, según explica el vocalista del grupo, Manuel Martín. A su lado, Paco Ventura, el guitarrista del quinteto cordobés, no puede dejar de hacer música con sus dedos sobre una mesa.
Pasan los años, pero sus camisetas siguen siendo igual de negras y sus pelos, aunque menos, igual de largos. En su cabeza parece que hay una obsesión: Innovar o morir. "Hemos querido innovar en todo (...) Llevamos muchos años en la carrera, pero queremos ser siempre diferentes", sostiene Martín. Así define Medina Azahara su último disco, La estación de los sueños, que salió a la venta el pasado cinco de septiembre y supone el decimosexto de la banda.
Innovación, aunque sin perder las raíces. En los 13 temas del nuevo álbum sigue rezumando el sonido Medina Azahara: algo de rock sinfónico, acordes andalusíes, reminiscencias flamencas... "Es normal después de más de 25 años componiendo... No queremos parecernos a Medina Azahara pero, al final, sigues siendo tú", sostiene Martín.
El sonido Medina Azahara es ya un sinónimo del denominado rock andaluz. Esa fórmula mágica que hace el rock más digerible y que ha llevado a estos cordobeses a componer verdaderos himnos como Necesito respirar o Paseando por la Mezquita.
En un concierto de este grupo cordobés -"donde un disco tiene que funcionar es encima del escenario", afirma Ventura-, es casi inevitable que el público reclame esos himnos rockeros. Y Medina Azahara los concede. "Es de necios renunciar a tu historia", dice el guitarra. "No renunciamos a nuestro pasado", apostilla el cantante. Pero, al final, Ventura cree que "lo importante es seguir haciendo música y pensar que el mejor disco está por llegar".
En un concierto de Medina Azahara, se mezclan generaciones de aficionados al rock. Sin embargo, Ventura dice que el 80% del público son gente de entre 15 y 25 años, chavales que no habían nacido cuando ellos ya estaban dando conciertos. Y, desde el escenario, los componentes del grupo sientan, como explica el vocalista, "el orgullo de seguir convenciendo a generaciones, de ver que te llegan críos casi recién nacidos y te dicen que acaban de descubrirte y que están buscando tus discos... Hacen que sigas creyendo en tu música".
"Tenemos cuerda para rato", afirma Ventura. Medina Azahara sólo tuvo un alto allá por 1998, cuando los componentes decidieron darse un respiro de un año después de tantas giras y discos. Su deseo, según explican Ventura y Martín, es llegar algún día a emular a uno de sus grupos preferidos: Deep Purple, que siguen dando guerra sobre un escenario a sus 60 y tantos años.
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