El saber del guitarrista

No se echa en falta prácticamente nada en este exhaustivo trabajo de Norberto Torres (Saint Fons, Lyón, 1960). Si existen actualmente poco más de una veintena de libros sobre la guitarra flamenca, algunos sólo históricos y la mayoría centrados en la didáctica, éste logra un compendio de ambos aspectos, con el añadido de la experiencia como guitarrista del propio autor. Una perspectiva nada desdeñable en la bibliografía del género ya que a lo largo de toda la obra el autor va combinando los datos metódicamente ordenados del desarrollo del instrumento y el estilo de los guitarristas más relevantes con el análisis técnico de sus ejecuciones.

Norberto Torres, hijo de padres andaluces que emigraron a Francia, vive en Almería desde 1984. Diplomado en guitarra clásica y en filología hispánica, alterna su trabajo docente con el de músico y articulista especializado.

El libro no se anda por las ra

mas ni se detiene en lirismos innecesarios y se desarrolla con un estilo claro y bastante comprensible, salvo en las partes demasiado técnicas que interesarán más que nada a los que dominen el instrumento o tengan conocimientos musicales avanzados.

En el capítulo histórico, arranca con los antecedentes de la guitarra flamenca y desarrolla con precisión y abundancia de datos el desarrollo tanto del instrumento y sus características, incluido un capítulo dedicado al luthier Antonio Torres (1817-1892), que definió la guitarra flamenca tal como la conocemos hoy. De allí pasa a trazar los perfiles biográficos de los viejos maestros, con un riguroso análisis técnico de su ejecución a partir de las grabaciones más antiguas disponibles, para avanzar hacia el momento en que éstos se van alejando de lo estrictamente folclórico para situarse en lo artístico.

Los maestros que crearon escuela como Ramón Montoya, Niño Ricardo, Sabicas, Mario Escudero, Serranito, Manolo Sanlúcar y Paco de Lucía tienen un trato especial, que no deja de lado el amplio y bastante completo recuento y apreciación individualizada de los más jóvenes intérpretes flamencos de hoy, incluidos los japoneses. Un capítulo final se refiere a la didáctica y la normalización de la escritura musical del instrumento. En suma, una obra de referencia en su género.