España se juega la permanencia

La impresionante silueta del Vesubio presidirá a partir de las 11.00 de la mañana de hoy, en el club Oplonti de Torre del Greco, en plena bahía de Nápoles, la eliminatoria entre Italia y España del play-off de permanencia de la Copa Davis. España alzó la ensaladera hace sólo diez meses en Sevilla, pero en febrero pasado cayó inesperadamente en Eslovaquia (4-1) y ahora se ve abocada a salvar la categoría. Liderada por un impresionante Rafael Nadal, que acaba de ganar el undécimo título de la ATP de su carrera en Pekín, España parte como favorita indiscutible para mantenerse en el grupo Mundial porque su superioridad sobre Italia es abrumadora. Comparar a los dos equipos es como medir la distancia entre una hormiga y un gigante. Ni uno sólo de los jugadores del capitán italiano Corrado Barazzutti ha ganado un torneo de la ATP. Pese a todo, la historia está contra España: no ha ganado ni una sola de las cinco veces que ha disputado en Italia (la última en 1997) una ronda de la Copa Davis.

"Voy a poner los seis sentidos en superar esta ronda", dijo Nadal, que viene de ganar en China

La jornada empezará hoy con el partido entre Juan Carlos Ferrero, número 2 español, y Andras Seppi, el improvisado número uno italiano por la baja de Filippo Volandri, el mejor jugador del país transalpino, que ha sido sancionado por su propia federación por exigir una determinada suma económica para defender a su país. Su baja es doblemente traumática para Italia porque ésta había orquestado en torno a él la estrategia de la eliminatoria. Barazzutti apostó por la tierra batida para que Volandri, especialista en esa superficie, pudiera presentar resistencia al equipo español. Tanto es así, que el club Oplonti se apresuró a transformar un campo de fútbol de cemento en una pista de terra rossa, envuelta por gradas de colores con capacidad para 4.000 espectadores. Pero el plan se fue al traste (las reglas del torneo impidieron dar marcha atrás) y ahora todos los miembros del equipo italiano son mejores en pista rápida. "Sólo soy el número uno porque el verdadero número uno no está aquí. Y espero que vuelva pronto", dijo ayer sin el menor rubor el altísimo Andreas Seppi, el mejor italiano (78º de la ATP).

Barazutti da casi por perdidos los puntos que dispute Nadal, que se enfrenta esta tarde a Potito Starace -107 del mundo y que ayer era duda por fuerte proceso gripal-, y mañana, formando pareja de dobles con Feliciano López, a Giorgio Galimberti y Danielle Bracciali (191 y 92 del mundo, respectivamente). David Ferrer, que debuta en este torneo, queda en la reserva aunque no se descarta que pueda ser la pareja de Feliciano en función del resultado del primer día de la eliminatoria. Quizá fue un gesto de realismo o de excesiva humildad pero Barazutti asumió sin problemas el papel de víctima. Y admitió que sólo veía un resquicio para ganar la eliminatoria: derrotar a Ferrero. "Nadal es indiscutible y Ferrero (20 del mundo) ha ganado mucho en el pasado. Vamos a jugar a ver qué pasa", dijo. Pero el jugador de Ontiyent, que regresa a la Davis tras quedar relegado al dobles en la final de Sevilla, avisó que no le iba a afectar la presión: "Tengo mucha experiencia en la Davis y no tengo que demostrar nada a nadie".

España quiere pasar página y olvidar la derrota en Eslovaquia, achacada, según Jordi Arrese, capitán español, a que se incumplieron las normas y se jugó sobre una pista que en lugar de cemento era una moqueta: "Pero no hablaré más de eso. Aquí nos espera un ambiente intenso, pero los jugadores están mentalizados y saben a lo que vienen: a ganar y a seguir en Primera". Italia tendrá como aliada a la pasión de la grada pero eso no parece que vaya a alterar al equipo español y menos a Nadal, que no paró ayer de reírse mientras escuchaba el italiano que hablaba su capitán. "Voy a poner los seis sentidos. Potito Starace me ganó hace cinco años en un challenger en Mallorca", advirtió Nadal.