El mando a distancia de Nintendo asombra en la feria de juegos de Tokio

Crash Bandicoot, Goku, Viewitful Joe los personajes femeninos de Final Fantasy o las luchadoras de Dead or Alive, caminan en carne y hueso por la feria posando para todo aquel que se lo pida. Son los fans que se pasean disfrazados por la Tokio Game Show, la feria de juegos más importante del mundo después del E3. En los tres días de la reunión, del 16 al 18 de sptiembre, han pasado 176.056 personas por la feria, que será recordada por la inesperada presentación de un mando a distancia.

El mando de control para la consola Revolution de Nintendo fue una sorpresa total, al haberlo mantenido en secreto durante meses, pese a que en Estados Unidos habían presentado la consola. Nintendo abandona el clásico formato de las consolas, utilizado hace más de 20 años por las grandes compañías, para apostar por un aparato que se controlará con una mano, al igual que el mando del televisor.

Agitando el brazo en el aire, el mando es capaz de captar todos los movimientos, la profundidad o la dirección, gracias a unos sensores que se colocan a ambos lados de la pantalla. Dicen que la sensación será muy real y natural. Por ejemplo, en un título de tenis, moviendo el brazo se podrá devolver un revés a Nadal aplicando valores como fuerza y efecto. Una arriesgada innovación que pretende básicamente ampliar el abanico de jugadores.

Los desarrolladores ya lo han probado; algunos como John Schappert, vicepresidente de EA Canada, ha declarado que siendo el control en el juego algo esencial, cree que los juegos de deportes serán los primeros en sacar partido a este mando liberador.

Microsoft ha viajado hasta Tokio con su Xbox 360 para intentar lograr una mínima implantación de su nueva consola, y que no se repita el fracaso de la anterior. En agosto de este año mientras se vendían más de 100.000 consolas Nintendo DS por semana, Microsoft sólo conseguía colocar 200 unidades de la actual Xbox.

Xbox, el reto japonés

Aunque en el resto del mundo compiten de tú a tú con Sony y Nintendo, en Japón se resisten a sus encantos. Microsoft ahora lo intenta de nuevo siendo los primeros en llegar a las tiendas con una consola de próxima generación.

Yoshihiro Maruyama, el jefe ejecutivo de Xbox en Japón, anunció la fecha de salida al mercado de su nueva esperanza, que será casi simultánea en todo el mundo: en América del Norte el 22 de noviembre, mientras que en Europa y Japón la probarán el 2 y el 10 de diciembre, respectivamente.

La feria japonesa le ha servido a Microsoft para anunciar importantes alianzas con compañías japonesas como Bandai, Capcom, Koei, Namco o Konami, que fabricarán juegos para su consola con la idea de robarles el corazón a los nipones. Maruyama reconoció que Japón es el principal objetivo para la Xbox.

Todo el esfuerzo de Microsoft por abrirse un hueco, contrasta con la relajación de Sony que no tiene que luchar en un mercado hostil. Las encuestas sitúan su PS3 como la preferida entre los japoneses con un 72% de interés, frente al 5,8% de Xbox 360, y 21,9% de Nintendo Revolution. Por eso se ha centrado en su nuevo modelo de PlayStation Portable en color blanco, permitiendo descargar demos vía WiFi en el recinto de la feria que desaparecían una vez desconectada la consola. Y, sobre todo, ha dejado el protagonismo a los juegos que verdaderamente llaman la atención del público, como Metal Gear Solid 4, que el estudio de Kojima tuvo el acierto de presentar. En el vídeo, con escenas del juego, se puedo ver a un Solid Snake, el protagonista, con un aspecto mucho más envejecido, pelo blanco, arrugas y un ojo biónico.

Entre los muchos cacharros presentados, destacó el aparato similar a unos binoculares, con el nombre Sol!d Eye Tobidac!d para PSP, que Konami incluirá con su Metal Gear Acid 2 para ofrecer una visión tridimensional de la acción. En el campo de los juegos uno de los más curiosos es un intérprete para cuatro idiomas llamado Talkman que estará disponible para PSP. El pájaro Max será el encargado de traducir a los diferentes idiomas lo que le diga el jugador y además plantearle retos lingüísticos.