Más de 8.000 ancianos de Cataluña residen en viviendas consideradas ruinosas
Más de 120.000 personas mayores de Cataluña residen en viviendas con problemas de conservación. Entre estos ancianos, 8.500 viven en inmuebles cuya precariedad es tal que que han sido oficialmente declarados ruinosos o están en trámites de serlo.
Así lo revela el estudio Envejecimiento y vivienda, del arquitecto Jordi Bosch, galardonado con el XVII Premio Rogeli Duocastella de la Obra Social de la Fundación la Caixa. El trabajo señala que los cascos antiguos de las ciudades, y muy especialmente el de Barcelona, concentran la mayor parte de las viviendas precarias en las que se alojan personas mayores. Servicios tan esenciales como un lavabo o agua corriente no pueden disfrutarlos en sus viviendas un total de 16.500 ancianos en el primer caso y 6.600 en el segundo. De poco más de un millón de ancianos que hay en Cataluña (según datos censales de 2001), unos 130.000 tienen movilidad reducida y viven en edificios sin ascensor.
El trabajo de Bosch señala que la mayoría de las personas mayores (el 85%) residen en una vivienda de propiedad, que suele ser antigua y que requiere unas reformas que en muchos casos estos ancianos no pueden afrontar. El 15% restante de los ancianos viven de alquiler, la gran mayoría de ellos con contratos de baja renta. Éste es el colectivo, según apunta Jordi Bosch, con mayor riesgo de sufrir el denominado mobbing inmobiliario, un fenómeno que tiene especial repercusión en el distrito barcelonés de Ciutat Vella. "Los propietarios pierden interés en invertir en la rehabilitación de unos pisos de los que sacan poca rentabilidad y dejan que se deterioren hasta que no sean habitables. Es una forma de presión para que el inquilino se vaya", señala Jordi Bosch.
Entre los inquilinos que no han podido mantener el contrato de renta antigua son muchos los que tienen dificultades para pagar la cuota mensual. Hasta 31.000 ancianos sufren riesgo de desahucio o de pérdida de la vivienda por este motivo. El trabajo constata también que el problema de la vivienda en los mayores es especialmente grave entre el colectivo femenino.
Bosch pidió ayer políticas de vivienda más decididas en favor de las personas mayores y consideró que la Ley de Barrios aprobada por el tripartito constituye un paso positivo, ya que incluye, en el reparto de ayudas económicas, las zonas urbanas degradadas y habitadas por gente mayor.
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