La modesta revolución
Algunas novedades en esta versión: un cuarteto de cantantes que aparecen en medio de la acción y colocan su cancioncillas; una coloración parda; una brevedad conveniente de los tres actos del original. Y a mí me asombró un añadido: un aparte de Fernando el Católico en el que aparece muy contento porque su fama se acrece con el indulto de un pueblo, pero que, además, ese pueblo le ha quitado de encima la Orden de Calatrava. No lo veo en ninguna de las versiones que he consultado, y me parece que es un añadido que recalca la intención de la obra. Como en tantas de esa época, el autor hace el servicio al rey de cantar las ventajas de un poder único. Los autores, con los corrales llenos de público, eran un poco como los de la televisión en tiempo de Franco: unos propagandistas del régimen. Poco a poco, los demás han seguido añadiendo libertades. Los senos desnudos, por ejemplo; o el traje de la villana Laurencia manchado en la entrepierna por el semen del comendador.
Fuenteovejuna
De Lope de Vega, versión de J. Mayorga.
Dirección de Ramón Simó. Teatre Nacional de Catalunya. Teatro Pavón. Madrid.
Por encima de todo, esto: la compañía del Teatro Nacional de Cataluña tiene una dicción clara, y una dicción que, sin respetar demasiado las sílabas, evita el soniquete del octosílabo, aunque pueda destrozar los sonetos; y no lo digo por la excelente actriz Carme Poll, que lo hace como su director o su profesora de dicción se lo dicen. Tiene una voz excelente, oscura, iracunda o riente. Bien de voz están todos, y pongo por ejemplo a Pep Jové, que hace el papel del alcalde.
El sábado, la representación se oyó en un respetuoso silencio y, al final, las ovaciones y el público en pie mantuvieron a la compañía en las glorias del escenario.
Babelia
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