Un curso de la Universidad Pablo de Olavide analiza el fenómeno de la violencia de género
Una mujer relata el infierno que vivió bajo el dominio de un marido maltratador
Francine Montes de Oca era una joven venezolana de un hogar acomodado que se casó "vestida de blanco y con muchas ilusiones" con un hombre trabajador e inteligente que, además, era un maltratador. En una ocasión, la tiró de la cama de una patada. Francine perdió el niño que llevaba en su vientre. Al final, logró escapar de la pesadilla y hoy es una mujer libre que trabaja y cuida de sus dos hijos en España. Francine contó su historia en el curso Pensamiento científico ante el fenómeno de la violencia de género, que se inició ayer en Carmona (Sevilla).
El curso, que ha sido organizado por la Universidad Pablo de Olavide, se celebra en la Casa Palacio de Los Briones y se desarrollará hasta el próximo viernes. Las coordinadoras del curso son la abogada Ana María Ruiz Tagle y la profesora Rosario Valpuesta (Universidad Pablo de Olavide).
Francine Montes de Oca, que trabaja ahora como mediadora intercultural de la Federación de Mujeres Progresistas de Andalucía, participó ayer por la tarde en una mesa redonda sobre Testimonio de las víctimas. Además de Francine, estuvieron en la mesa la presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas de Andalucía, Alicia Vañó; la psicóloga Raquel Romero, y la abogada Elena López. El testimonio de Francine fue una muestra de cómo los cuentos de miedo a veces no están poblados por monstruos deformes, sino por señores de aspecto respetable que viven en la casa de al lado.
"Después de pasar la luna de miel empezaron a surgir problemas. Mi ex marido me decía: 'no salgas de casa, llamas mucho la atención, no vayas a visitar a tus padres, lo que pasa dentro de la casa no se debe decir porque es muy personal, tienes que ser muy buena ama de casa, prepárate para ser madre", evocó Francine.
"Inteligentes y sagaces"
Su marido era militar. "Aborté pero no se podía decir nada porque vivía en un mundo de militares. Me llevaron a un hospital militar. Dijeron que era un aborto espontáneo de cinco meses", señaló. Francine tuvo una niña y su marido la amenazaba con quitársela. "Estas personas suelen ser más inteligentes y más sagaces por su estatus y sus estudios", dijo en referencia a su ex marido, que marchó a España con ella gracias a una beca. Francine tenía ya dos hijos. "Consiguió la segunda oportunidad. Todo el tiempo me pidió perdón, que no lo iba a volver a hacer", recordó Francine.
Pero en España volvió a maltratarla. Una noche la agarró y la golpeó contra la pared. Francine tuvo la fortuna de que aquella mala bestia regresara durante un mes a Venezuela. Al estar sola se dio cuenta de que era feliz. "Me levantaba con tranquilidad ese mes, veía a mis hijos tranquilos, felices", dijo. Acudió a la Federación de Mujeres Progresistas y la ayudaron. "Ahora tengo documentos, tengo trabajo", agregó. Y se ha librado de su ex marido.
Tras esta historia con final feliz, Vañó lanzó un mensaje de esperanza. "La mayoría de los hombres no son maltratadores. Necesitamos a los hombres como cómplices, porque no es lo mismo que este discurso lo hagamos nosotras que lo haga un hombre con otro hombre", afirmó la presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas de Andalucía. Vañó abogó por que las relaciones entre hombres y mujeres "sean de compañerismo y de amistad". "La mayoría de los hombres está con nosotras contra la violencia", concluyó Vañó.
La consejera para la Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro, pronunció, por la mañana, la conferencia inaugural. "La violencia contra las mujeres no deja hoy insensible a nadie, pero no podemos bajar la guardia. Nos queda mucho camino por recorrer. Ésta no es una cuestión de hombres ni de mujeres, sino de la inmensa mayoría de la sociedad, que está contra la violencia, y de una minoría, que agrede y debe sentirse rechazada", explicó Navarro.
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