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Columna
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Luz de Gaza

Andrés Ortega

- Después de Gaza: no está claro a qué llevará la retirada unilateral, o "desconexión" israelí de Gaza. La Autoridad Palestina está dividida. Ante los suyos, a la vez ha de celebrar este triunfo (aunque los israelíes se han ido porque han querido o porque no les compensaba seguir para defender unos pocos colonos) y, por otro, apostar por el orden y unas futuras negociaciones de paz con Israel, que lleven a un Estado palestino. A pesar de que la famosa Hoja de Ruta es papel mojado, es lo único sobre la mesa. Esa perspectiva es la única esperanzadora, pero, en el mejor de los casos, lejana. La retirada de Gaza -"muy, muy dura y complicada", según Sharon- le ha costado tanto a Israel que no parece en condiciones de dar, en el futuro previsible, más pasos. En estos años tanto se ha escorado la política en Israel que hoy Sharon aparece como un moderado, un centrista, que por primera vez ha ido a la ONU, donde le han dado la mano y felicitado líderes árabes por esta retirada.

- En Gaza: para Hamás y otros grupos violentos, ellos son los que han conseguido echar a los israelíes tras 39 años de ocupación: "El fruto de la resistencia y tesón del pueblo palestino", según Ismail Haniya, dirigente de Hamás en Gaza. Es la misma visión de victoria que tuvo Hezbolá al lograr la salida de las fuerzas israelíes de Líbano. "Primero, Gaza", para Hamás, significa que después "echarán a los israelíes" de toda Cisjordania y de Jerusalén Este. Claro que desde Israel se teme que no pararán ahí. Es "la victoria de la bomba", según algún póster en la franja.

- Gaza como trampolín: aunque presente en las otras y más importantes partes de los territorios ocupados, Gaza es una plataforma para Hamás y sus afanes ante unas elecciones a la Asamblea palestina que si se han retrasado es, justamente, porque las podía ganar. El presidente Abbas y los suyos no estaban preparados. Sharon exige prohibir que Hamás concurra. Pero a veces la democracia produce resultados indeseados para otros. Las elecciones, retrasadas a enero, no serían democráticas sin Hamás. Hay un riesgo de que Gaza se divorcie del movimiento general palestino.

- Gestión de Gaza: es en esta Gaza ya en su poder (aunque Israel mantiene el control sobre tres de las cuatro fronteras de la franja, sobre los espacios aéreos y marítimos y sobre el agua) donde la Autoridad Palestina debe demostrar su credibilidad, su capacidad de gobierno, de gestión y de seguridad, cuidando especialmente que no se les cuele Hezbolá o Al Qaeda en el territorio y de que desde allí no partan nuevos atentados. Entonces, se podrá hablar de seguir. De otro modo, Israel puede volver a asfixiarla por todos los costados. Mucho va a depender también de su desarrollo económico. Y, en eso, sí se puede ayudar desde fuera aunque Israel haya puesto a Gaza en pausa.

- Religión en Gaza: Arafat siempre tuvo buen cuidado de no introducir la dimensión religiosa, o al menos no ponerla en primer plano, en el conflicto con Israel. Pero la religión ha ido ganando terreno de la mano de Hamás, movimiento terrorista, sí; fundamentalista, también; pero como tantos otros guerrilleros, con una política social en el vacío dejado por la ineficacia de la Autoridad Palestina o del propio ocupante. El factor religioso ha prendido, y se quedará.

- Destrucción en Gaza: resulta absurda la destrucción (pactada por ambas partes) de los asentamientos: casas, viveros y otras instalaciones que han dejado los colonos israelíes. Ahora habrá que reconstruir -con dinero europeo- lo destruido por acuerdo de ambas partes. Eso sí, los israelíes desacralizaron pero no destruyeron sus sinagogas. Para que los palestinos pudieran dar el espectáculo.

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- En la frontera de Gaza: en la única puerta abierta, con Egipto, el vecino no sólo ayuda, sino que con el control que ejerce intenta mejorar su propia seguridad. Israel insiste en mantener control sobre los movimientos de bienes y personas entre Gaza y Egipto con el cierre de la principal terminal de pasajeros de Rafah al menos seis meses.

- ¿Sólo Gaza? Está por ver. aortega@elpais.es

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