El alcalde de Benicàssim pone un plazo al PP para que garantice la gobernabilidad
El alcalde de Benicàssim, el independiente Manuel Llorca, se marcó ayer un plazo, hasta final de mes, para que el PP garantice la gobernabilidad del municipio con el voto de sus concejales. De lo contrario, al Ayuntamiento no le quedará otra opción que atravesar tramo de inestabilidad hasta las próximas elecciones municipales. El desencuentro sobre tres temas urbanísticos ha impedido que sean llevados a pleno ante la más que probable posibilidad de que dos de los seis concejales del PP pudieran ausentarse de la votación o llegasen a votar en contra de la línea del equipo de gobierno, con lo que los tres puntos no podrían aprobarse.
En las pasadas elecciones, el PSPV fue el partido más votado en el municipio (obtuvo ocho concejales). Sin embargo, su acceso a la alcaldía sólo fue posible tras la deserción de dos concejales del PP que se negaron a votar al candidato independiente, cuyo grupo obtuvo tres concejales, en el pleno de elección del alcalde. Uno de los dos ediles populares, Javier Asín, presentó la dimisión tras ser nombrado director general de Empleo, mientras que la otra edil, su hermana, Mari Carmen Asín, decidió adherirse al grupo de los no inscritos.
Así, el socialista Francesc Colomer ocupó el primer puesto del municipio durante poco más de un año, hasta que el PP readmitió a Mari Carmen Asín, cuya reincorporación permitió la presentación de una moción de censura contra Colomer. Desde hace más de un año, el municipio está gobernado por los independientes, en coalición con el PP pero, pese a ello, los populares no han logrado cerrar la grave crisis abierta en su agrupación local que, ahora, salpica a la gestión municipal y atenaza el funcionamiento del Ayuntamiento.
Las discrepancias se centran ahora en dos concejales. Una vez más, en Mari Carmen Asín, y en el edil Carlos Pastor, al que ya se han retirado algunas de las responsabilidades que se le habían otorgado como miembro del equipo de gobierno local.
Desencuentro
El alcalde de Benicàssim realizó ayer un balance de su primer año de gobierno y admitió la existencia de un "desencuentro radical", aunque dejó en manos del PP toda la responsabilidad de solución ya que, según indicó, fue el portavoz del grupo popular, el también diputado Manuel Gual, quien le solicitó que aplazara el debate de los tres temas urbanísticos. "El aplazamiento tiene un tiempo", dijo ayer Llorca, y éste acaba a final de mes. Así, sea cual sea la postura del PP, el alcalde tiene previsto convocar el polémico pleno el próximo mes de octubre. En él se verá si los populares han conseguido encarrilar a sus dos concejales, si han logrado someterlos a la disciplina de voto o, por el contrario, dado que no hay posibilidad de pacto con los socialistas, si se inicia una nueva etapa de ingobernabilidad en el municipio.
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