La primera conmemoración con silbidos y agresiones a ERC
El peaje del poder pasó ayer factura a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que fue objeto, por vez primera, de silbidos e incluso de agresiones por parte de los sectores más radicales. Por la mañana, ya hubo silbidos contra la comitiva republicana que hizo la ofrenda floral a la estatua de Rafael Casanova, el que fuera conseller en cap de Barcelona durante la guerra de Sucesión que acabó con el triunfo de Felipe V de Borbón. Pero la cosa no pasó de pitidos e imprecaciones como "traidores" (botiflers, en catalán).
Lo más grave sucedía casi a la misma hora en otro punto de la ciudad, en el Fossar de les Moreres, donde están enterrados los defensores de Barcelona contra las tropas borbónicas, y en cuyo marco se concentran anualmente los nacionalistas más radicales. Ahí hubo forcejeos, golpes y se impidió hasta por tres veces que una nutrida delegación de las juventudes republicanas pudiera penetrar en la plaza para rendir homenaje a los muertos en 1714. Los jóvenes de ERC optaron por retirarse, para evitar que la situación -donde hubo golpes y algún que otro militante republicano se retiró sangrando- se encrespase. Habitualmente, Esquerra no ha frecuentado el Fossar de les Moreres, que se ha convertido en feudo de organizaciones radicales, a cuyos mítines asisten representantes de Batasuna. Las JERC -juventudes del partido- sí lo han hecho históricamente. Pero este año los más radicales no han perdonado a Esquerra su participación en la redacción de un Estatuto que consideran una traición, así como el hecho de formar parte del Gobierno catalán junto a los socialistas del PSC y a los ecosocialistas de ICV-EUiA. A los jóvenes de Esquerra, los radicales les mostraban fotografías de sus dirigentes saludando al Rey.
Por la tarde, ERC participó, en cortejo propio y protegido por un servicio de orden, en una manifestación independentista.
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