España topa con la muralla checa

La República Checa, gran favorita al oro y única invicta en el Europeo de Turquía, truncó ayer el acceso a la final de España, que se estrelló ante un rival solemne, completo en cada faceta del juego. Luchó hasta el último aliento el equipo de Domingo Díaz, más batallador que acertado, pero la semifinal se decantó hacia el lado checo. España peleará hoy por el bronce, el mismo metal que atrapó en los Europeos de 2001 y 2003, contra Lituania, que ayer perdió en su cruce con Rusia (50-65).

Tras despachar a Letonia, España afrontó a un conjunto superior en centímetros y en músculo. El partido se jugó a un ritmo altísimo, sobre todo en las defensas, muy pegajosas. Ahí se zafó mejor la República Checa, que comenzó el encuentro algo precipitada pero sacó luego su tremendo arsenal. Bajo el aro, donde sus jugadoras impusieron su mayor fortaleza, y desde el perímetro. Sus tiradoras resultaron letales desde cualquier distancia.

España se empequeñeció ante las gigantes checas y se refugió en el lanzamiento exterior. Sin soluciones. Hasta tres triples seguidos falló en un mismo ataque la selección, símbolo de su falta de acierto. El equipo de Díaz se atrancó en ataque, frenado continuamente por los bloqueos de la República Checa, y su defensa en zona saltó por los aires ante el rodillo checo, siempre un segundo más rápido.

Valdemoro, el gran referente en otras citas, no fue esta vez suficiente. Tiró del equipo en el tramo final, con más ímpetu que criterio, y España acortó la distancia hasta los cinco puntos. Poca amenaza sin embargo para la República Checa, que alargó los ataques y cerró el rebote. A la selección le queda hoy la lucha por el tercer peldaño del Europeo, sea como fuere, un gran resultado.