Trulli, un invitado inesperado

Frío, analítico y calculador, Fernando Alonso se mostró ayer tranquilo ante los numerosos medios de comunicación que, como sardinas enlatadas, se agolpaban en el hospitality del equipo Renault F1. Delante del asturiano partirán hoy las veloces pero frágiles flechas plateadas de Juan Pablo Montoya y Kimi Raikkonen y, a la izquierda de Alonso, un invitado inesperado, Jarno Trulli, su mejor amigo del circuito. "Partiré cuarto, la posición a la que aspirábamos", explicó el español, consciente de que los motores Mercedes son hoy por hoy más rápidos que los Renault.

"Si no cometen ningún error en la carrera, los dos McLaren también acabarán primero y segundo", avisó Alonso. "Tanto Montoya como Raikkonen tienen que tirar al máximo para poder seguir en la pugna por el título de constructores", añadió el piloto de Renault, líder en la clasificación de marcas con ocho puntos de ventaja respecto a McLaren.

No sólo Alonso anhela un fallo de los bólidos plateados. Unos 3.000 asturianos han viajado a Bélgica para animar a su paisano. Posiblemente, para la mayoría sea ésta su última opción de ver en directo cómo Fernando Alonso se proclama campeón, porque las distancias luego se multiplicarán al viajar el Mundial a Brasil, China y Japón.

La estrategia de Alonso pasa de entrada por superar a Trulli. "Lo importante es tratar de pasar en la salida a Jarno porque sabemos que en carrera baja el ritmo", dijo Alonso, que el pasado año compartió equipo con el italiano, ahora al volante de un Toyota.

La alerta dio ayer paso a la tranquilidad. Los ingenieros de la escudería francesa temían que la avería descubierta en el monoplaza de Giancarlo Fisichella pudiera reproducirse en el de Alonso. La sombra de una posible rotura en su motor planeó toda la mañana en el paddock pero, a tenor de los registros marcados y las sensaciones expresadas por el piloto, el coche debería resistir sin mayor problema las 44 vueltas de las que consta la carrera. "Para la vuelta cronometrada hemos puesto un poco más de gasolina de lo previsto porque en la segunda sesión libre he sido primero y parecía que éramos competitivos", añadió Alonso que, con el depósito de su vehículo generosamente cargado, tratará de retardar su primera parada en los boxes, algo que los McLaren han hecho en las últimas carreras para aprovechar el potencial de sus propulsores.

"Parece que el coche responde bien tanto con el asfalto seco como con lluvia", afirmó Raikkonen al bajarse de su monoplaza. "Mi vuelta lanzada ha sido buena. No he forzado al máximo porque me he percatado de que caían algunas gotas", comentó el finlandés, que ganó en Spa el año pasado y que, por segunda carrera consecutiva, ve cómo su compañero sale sin tráfico en el apagón de los semáforos. "El coche es rápido, pese a que no ha habido demasiado tiempo para su puesta a punto", advirtió Montoya, que vio como en la primera jornada de ensayos sus ingenieros montaban y desmontaban de su monoplaza un motor nuevo que a la postre resultó defectuoso.

La jornada de ayer en Spa-Francorchamps estuvo también marcada por dos notas públicas emitidas por sendas dos escuderías. La primera, de Red Bull, que anunció que ha comprado a Minardi. Y la segunda, de la firma japonesa de neumáticos Bridgestone, que equipará a los bólidos de Williams la próxima temporada.