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Ferrocarrils rescata las cajas negras de los trenes accidentados en Picanya

El Comité de Seguridad investiga el sistema de frenado automático

Las cajas negras de los trenes metropolitanos que el viernes se vieron implicados en un accidente por alcance en Picanya, en el que resultaron heridas 42 personas, dos de ellas graves, serán determinantes para aclarar las causas del suceso. Esa información se cruzará con los informes derivados de la inspección del sistema de Frenado Automático Puntual (FAP) y la señalítica luminosa distribuida a lo largo de la vía. El Comité de Seguridad, por su parte, investigará el sistema de frenado automático.

El Comité de Seguridad de la Circulación, en el que están representados técnicos de Ferrocarrils de la Generalitat (gestora de Metro Valencia) y de los sindicatos, mantuvo una primera reunión durante la tarde del viernes para establecer el procedimiento a seguir en la investigación de los hechos y poner sobre la mesa los primeros datos. Será el próximo lunes cuando se reanuden las sesiones del comité. De momento, los mecánicos trabajan sobre los vagones siniestrados. De las cajas negras se extraerá a información exacta para reconstruir los últimos minutos del recorrido de los trenes.

La línea 1 funcionó ayer con normalidad después de que horas después del siniestro ocurrido a las 11.15 del viernes una grúa de grandes dimensiones despejara la vía de los vagones accidentados. La línea 1 une Valencia con el municipio de Villanueva de Castellón. El choque se produjo entre las estaciones de Paiporta y Picanya, en dirección a Torrente. Un tren se encontraba parado en la estación de Picanya a causa de una avería. El siguiente tren que ya había salido de la estación de Paiporta recibió la orden de parada, en teoría a través de las señales luminosas (que en dos tiempos advierten de prudencia y reducción de la velocidad primero y del frenado después). Ese tren detiene su marcha en un punto de la vía situado justo delante del pabellón polideportivo municipal de Picanya, lejos aún de la estación de destino. Instantes después, un segundo tren que ha salido también de Paiporta en la misma dirección y por la misma vía frena su trayectoria, pero con dificultades -las razones están por ver- porque roza por detrás al primero de los trenes detenidos. Es decir, ya hay dos trenes parados en la vía férrea. El accidente sobreviene cuando un tercer convoy no frena y se empotra por detrás en los anteriores. 42 personas resultaron heridas, dos de ellas graves, una de ellas el maquinista, de 50 años, al que le amputaron parcialmente una pierna horas después en el hospital La Fe.

Relato

El relato de agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local que estuvieron en el lugar de los hechos en los primeros momentos apunta a que el tercer convoy había iniciado la frenada pero no tuvo distancia suficiente para ejecutarla. Ferrocarrils de la Generalitat aseguró inicialmente, extremo que tendrá que confirmar la investigación y en el que la información que contengan las cajas negras es capital, que las señales luminosas funcionaban correctamente. No contaban incidencias cuando se produjo el siniestro. El tren que causa el accidente superó dos semáforos en su recorrido hasta el impacto. Los superó y no paró porque se activó el sistema de Frenado Automático Puntual (FAP). Ese sistema es de seguridad añadida. Consiste en una sucesión de pedales en la vía que frenan al convoy con independencia de la acción del maquinista. Se activa no sólo por no obedecer una señal luminosa, también por entrar, por ejemplo, en una curva a velocidad excesiva o acercarse más rápido de lo establecido a un paso a nivel. Aparentemente, el FAP funcionó. Si lo hizo o no con la anticipación oportuna para que el tren pudiera recorrer la distancia de frenado precisa lo determinará la investigación. Responsables de distintas áreas de Ferrocarrils de la Generalitat mantuvieron ayer reuniones sobre los primeros datos aportados por los técnicos que trabajan sobre los trenes siniestrados.

La Consejería de Sanidad, a través de Presidencia de la Generalitat, corrigió ayer los datos facilitados a última hora del viernes y comunicó que permanecían ingresadas cuatro personas, en lugar de tres: dos en el hospital La Fe y dos en el hospital General. Permanecían ayer en estado grave las dos personas hospitalizadas en La Fe: el maquinista, José Bañón, y una mujer de 60 años. Los otros dos heridos, de carácter leve, estaban a la espera de que se les realizaran pruebas para descartar complicaciones que se pudieran derivar.

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