Escaparates de Edimburgo
Recorrido por Leith, el barrio portuario, y las vías comerciales
Damos una vuelta por algunas de las principales calles comerciales de Edimburgo, desde Leith, el barrio de las novelas de Irvine Welsh (una buena aproximación a la ciudad), hasta las franquicias del centro y las tiendas de segunda mano. En la última de las novelas de Welsh, Porno, vuelve a aparecer el barrio portuario de Leith y una de sus calles principales, el Walk. Welsh compara el Walk con una alfombra Axminster, de esas capaces de absorber vertidos y podredumbre y seguir pareciendo confortables.
Los personajes del Leith que retrata Welsh, su muestrario de drogadictos derrotados y estafadores, vuelven a su barrio después de haber pasado una temporada fuera o haber estado en la cárcel, y se dan cuenta entonces de que las cosas están cambiando: hay bares tailandeses y de decoración cuidada y ambiente relajado, bares "pijos", como dirían ellos; hay nuevos centros comerciales y bancos y tiendas para los hiphoperos con nuevos escaparates y bloques de oficinas de cristal... En cierto modo, el Leith se va pareciendo cada vez más al mundo, al mismo tiempo que los personajes de Welsh no pueden dejar de parecerse a sí mismos, al pasado heroinómano y portuario de Leith, lo que los convierte en doblemente inadaptados. Cuando camino por el barrio de Leith, a ratos me descubro buscando el ambiente obrero y pospunki de las novelas de Welsh, pero luego donde entro es en las tiendas de inmigrantes y en los bares nuevos.
Leith fue un municipio independiente hasta entrado el siglo XX. Sus calles se fueron extendiendo hasta anexionarse con Edimburgo, capital de Escocia. Lo mejor para conocer esa parte de la ciudad es caminar desde el propio centro de Edimburgo y ver en vivo la evolución de esas calles. Me refiero a coger Leith Street y continuarla por sus prolongaciones, Elm Row y Leith Walk. Es como un resumen de todo, con sus tiendas de segunda mano o sus charity shops y sus fishandchips, sus supermercados chinos, sus pastelerías, sus productos del Punjab... Es un paseo agradable, sólo basta con tener suerte y dar con uno de los escasos treinta y tantos días al año que deja de llover sobre Edimburgo.
Una de las intervenciones que se han hecho en el barrio es el Ocean Terminal, un gran centro comercial con enormes ventanales que dan a las aguas del puerto. Justo a su lado se encuentra embarcado el Royal Yatch Britannia, una de las atracciones turísticas más visitadas del país, por sorprendente que parezca.
De South Bridge a la Universidad
Otro de los ejes para conocer Edimburgo es el South Bridge y su prolongación hasta la zona universitaria. También aquí abundan las tiendas de segunda mano. Hay en Edimburgo unas tiendas especializadas en ropa vintage y retro, las Armstrongs, además de su asociada The Rusty Zip. Se pueden encontrar en ellas cosas sorprendentes.
En South Clerk Street, sin necesidad de cambiar de acera, hay una tienda Peckham's de delicatessen y destilados. Peckham's es una cadena de tiendas escocesa. Llaman la atención los whiskys escoceses, pero es tanta la tasa de impuestos que se añade a su precio que no parece una buena opción adquirirlos en Escocia.
En South Bridge hay también una tienda Forbidden Planet de cómics. Calle abajo se encuentran algunas galerías de arte. Quizá la que se presenta como más alternativa es Total Kunst, en Bristo Place. La ha puesto en marcha una cooperativa abierta de artistas edimburgueses. No lejos de ahí queda el edificio de la mezquita y Bristo Square, donde es habitual ver a los patinadores callejeros.
La 'web' en el escaparate
Uno de los mejores recorridos de la ciudad para ir de tiendas parte de Victoria Street y continúa por Grassmarket. En Victoria Street se suceden las tiendas especializadas en diferentes productos: whisky, quesos o libros de arte, además de la galería The Red Door Gallery. Resulta llamativa y ejemplar la costumbre de dejar a la vista en ellas, a menudo en el propio escaparate, la dirección de la página web del establecimiento.
Un poco más abajo se encuentra una pequeña joya de la venta de libros y de revistas de diseño y tendencias, Analogue Books, un lugar sin mucho fondo bibliográfico, pero con una selección excelente.
En Grassmarket, junto a un Armstrong, una tienda de sombreros de mujer muy bonita cuenta con diseños exclusivos, lo que no siempre quiere decir caros: Fabhatrix. Desde Grassmarket resulta fácil perderse por calles viejas de la ciudad. Una cosa típica de allí es haber convertido muchas viejas iglesias en lugares de comercio o en bares.
Además del whisky, los escaparates más típicos son los que muestran las faldas masculinas de la indumentaria regional, los kilts. En general, prendas que se venden muy caras y que quedan lejos de haberse adaptado a la vida ordinaria, lo que podía no haber sido algo descabellado. Salvo en algún sex shop, donde se muestra alguna versión de cuero, es raro ver kilts modernos o pensados para la vida normal. Cunde, en cambio, la versión folclórica, con esa especie de bolso que se hace colgar en la parte delantera. El resultado es que sólo se ve vestir el kilt a los gaiteros que piden dinero en la calle. Paradoja: una prenda cara para mendigos.
La cadena de tiendas Lakeland no tiene origen escocés, pero cuenta con comercios abiertos aquí. Posiblemente ya la conozcan, pero, si no, no dejen de pasarse por la que hay en Hanover Street. Lakeland está especializada en productos para el hogar, esencialmente para la cocina. Ya saben lo que dicen los diseñadores: el producto crea la necesidad. Hay utensilios de cocina que nunca se nos hubieran ocurrido hasta entrar en una de estas tiendas. Según su página web, el producto estrella de esta temporada son unas bolsas enormes de regaliz australiano que se ven a la entrada. Regalan el catálogo.
- Ismael Grasa (Huesca, 1968) es autor de Nueva California (editorial Xordica) y La tercera guerra mundial (Anagrama).
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