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La policía desarticula en Madrid una red que traficaba con ciudadanos chinos

Los 14 detenidos hacinaban a sus compatriotas en pisos y los trasladaban a terceros países

Un total de 14 personas de entre 19 y 35 años, todas de origen chino, han sido detenidas acusadas de ser las responsables en España de una red dedicada al tráfico ilegal de ciudadanos del país asiático, según informó la Dirección General de Policía. Los detenidos hacinaban a sus conciudadanos en varios pisos de Madrid -hasta 13 personas en menos de 50 metros cuadrados-, que utilizaban como puente para después trasladarlos a terceros países como México, Suráfrica y Canadá. Entre las víctimas hay mujeres que iban a ser presuntamente obligadas a ejercer la prostitución.

Las investigaciones de los agentes de la Unidad Central Contra Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (UCRIF) empezaron en junio a raíz de ciertas informaciones facilitadas por Interpol, la policía europea. Ésta alertaba sobre la existencia de una supuesta organización criminal dedicada a la inmigración ilegal de ciudadanos chinos que utilizaba Madrid como punto de tránsito y lanzadera hacia terceros países como México, Canadá y Suráfrica.

La información detallaba que la mayoría de las mujeres con las que traficaba la red eran posteriormente obligadas a prostituirse hasta que entregaban 20.000 euros a la organización, cantidad en que la red estimaba la deuda contraída.

Tras un tiempo de investigaciones, la policía española identificó a los máximos responsables de la presunta organización en España y los pisos en los que se alojaba de forma temporal a las víctimas de la red, que estaban en las inmediaciones de la Gran Vía.

Tres registros

Una vez comprobado que en las viviendas había un alto número de personas introducidas ilegalmente en España -con pasaportes de Hong Kong, Japón, Singapur, Malasia y Reino Unido-, la policía irrumpió en dos de los pisos y en un centro de belleza que también era regentado por orientales.

Tras los registros, los investigadores comprobaron que las víctimas de la organización estaban preparadas para ser enviadas a México y que incluso estaban provistos de los necesarios mandamientos de entrada y registro expedidos por la autoridad judicial. Según pudo saber la policía, las personas llegaban a España con pasaportes falsificados de países a los que no se exige visado para entrar en la Unión Europea y América.

Una vez en Madrid, los ciudadanos chinos permanecían recluidos en los domicilios. Allí quedaban "hacinados en condiciones infrahumanas e insalubres" -se llegó a localizar un piso de menos de 50 metros cuadrados de superficie en el que se agolpaban 13 personas-. Dormían en sacos en el suelo e incluso sólo comían arroz hasta que salían hacia los países de destino.

Según el material incautado, durante su estancia en la capital se les proveía de pasaportes falsificados que se validan estampando los correspondientes sellos de entrada y salida por aeropuertos del espacio Schengen. También se les instruía sobre el modo de comportarse en los controles fronterizos y se les informaba con detalle sobre los aeropuertos por los que tenían que pasar a partir de unos planos realizados a mano que también fueron localizados en los pisos.

Los traslados se hacían en grupos de cuatro personas y tres días por semana. La red desarticulada en Madrid no tenía ninguna capacidad operativa autónoma, según explicaron fuentes policiales. Recibían el dinero y las instrucciones desde China, donde está la cabeza de la organización.

Así, en los últimos meses la red habría recibido 150.000 euros para compra de billetes de avión, reservas hoteleras y otros gastos.

En la operación, la policía ha detenido a 14 personas, todas ellas chinas. Todos los arrestados tienen entre 19 y 23 años, excepto uno de ellos, que llega a los 35. Fang Mei D., de sólo 19 años, ha sido señalada por la policía como la máxima responsable de la red. A su lado trabajaba Sheng Z., también de 19 años. Ninguno de ellos ha presentado algún tipo de documento que les identificase. Como no hablan español, no se les ha tomado declaración aún, según informó un portavoz policial.

La mayoría de los detenidos procede de Fujian, una región costera del este de China en la que hay una gran implantación de las mafias, según explicaron fuentes policiales. Era también en esta región donde localizaban a la mayoría de sus víctimas, siempre según la policía.

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