El presidente de la Generalitat acude hoy a una manifestación que divide a los regantes valencianos

Francisco Camps, presidente de la Generalitat, se colocará esta tarde al lado de los regantes de Alicante en la manifestación a favor del actual trazado del trasvase Júcar-Vinalopó. Los regantes valencianos y los partidos en la oposición, que apoyan la alternativa que impulsa el Gobierno para tomar el agua en la desembocadura del río, en Cullera, en vez de en Cortes de Pallás, consideran que la presencia de Camps en la manifestación le "inhabilita" como presidente de todos los valencianos. El polémico trasvase ha generado una fractura social con tintes de enfrentamiento territorial entre Alicante y Valencia.

El debate político ha ido subiendo de tono en los últimos días. Mientras Camps insistió ayer en Monòver de modo genérico en que pedir agua para el Vinalopó es "la prosperidad", dirigentes políticos del PP y líderes agrarios alicantinos han lanzado consignas de cara a la manifestación como "nos quieren dar el agua de las cloacas de Valencia para beber", en relación a la opción de trasvase que estudia el Gobierno.

La apuesta del Ministerio de Medio Ambiente -la decisión última no está tomada- y de los socialistas valencianos por una alternativa de trazado que consideran que aportará más agua a Alicante ya desató en julio una airada protesta por parte del PP y de los futuros usuarios en el Vinalopó. Los populares acusan al Gobierno socialista de pretender "cargarse" el trasvase, recuerdan que ya derogó el del Ebro y consideran que ha puesto en peligro la transferencia Tajo-Segura, de la que también bebe Alicante. Como en otras manifestaciones en contra de la política hídrica del Gobierno, Camps contará hoy con el apoyo del presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel.

Al frente contra la política "antitrasvase" del Ejecutivo se han sumado empresarios y agricultores de Alicante, que también han rescatado la aspiración de lograr agua del Ebro, y se oponen a la modificación del proyecto del Júcar-Vinalopó, ejecutado ya en un 38% -un 41% si se suma el acopio de material-. La Junta Central de Usuarios del Vinalopó, que integra a los futuros beneficiarios del agua, considera que la modernización de regadíos en el Júcar aportará el agua necesaria, y que el cambio de trazado supondrá "la muerte del trasvase". Para los usuarios, hay sobrantes en Cortes de Pallás y en Cullera, y un nuevo trazado implicaría un retraso de años, un encarecimiento del coste del agua y les daría recursos de mala calidad. El ministerio asegura que el agua en Cullera es apta para el riego y con mejoras podrá ser prepotable para el consumo humano.

Todas las instituciones gobernadas por el PP han desplegado una potente maquinaria organizativa -anuncian 350 autobuses- con el objetivo de movilizar a miles de personas en protesta por los planes del Gobierno y la "agresión" a Alicante, según rezan los pasquines.

Las organizaciones empresariales, regantes, agricultores y asociaciones se han volcado en los preparativos de una manifestación anunciada a principios de agosto, un mes en el que la Unió de Llauradors-COAG y AVA-Asaja han intentado alcanzar un pacto por el agua que acabara con la "instrumentalización política" del proyecto, evitara enfrentamientos entre agricultores y resolviera el déficit del agua en la Comunidad Valenciana. Además, los regantes del Júcar invitaron a los del Vinalopó a analizar conjuntamente la situación, pero el encuentro no cuajó. Desde el Consell, en boca del consejero de Agricultura, Juan Cotino, se ha cuestionado y criticado duramente el apoyo del presidente de AVA, Cristóbal Aguado, a la alternativa de trazado, que también considera viable la Unió.

Los regantes tradicionales del Júcar han insistido en su apoyo al trasvase, pero argumentan que la única posibilidad de lograr sobrantes para el Vinalopó pasa por cambiar el trazado y situar la toma en el Azud de la Marquesa. El PP también ha criticado su postura y mostró su descontento con los regantes en el reciente pleno extraordinario de las Cortes valencianas sobre el trasvase. "El PP nos considera ciudadanos de segunda", denunció el portavoz de los regantes tradicionales del Júcar, José Pascual Fortea, quien advirtió también a los populares que el enfrentamiento le costará votos en La Ribera.

Joan Ignasi Pla, secretario del PSPV-PSOE, ha ofrecido diálogo a todas las partes para alcanzar un consenso en torno al proyecto, desde la premisa de que los socialistas defenderán la infraestructura, que sería pública, y aceptan un cambio de trazado con la garantía de que no supondrá importantes retrasos, dará más agua a Alicante y no exigirá el pago de los usuarios hasta que reciban los recursos. Pla ha recalcado también que la modernización de los regadíos del Júcar, que depende de la Generalitat, es a su juicio "la principal causa" de incertidumbre del trasvase actual. Sin embargo, el PP se ha enrocado en su posición y rechaza el diálogo ofrecido por Pla. Los empresarios de la patronal alicantina Coepa, alineados con el PP, incluso han anulado un día antes de celebrarse una reunión para escuchar por boca de líder socialista los pormenores de la alternativa del trasvase.

Otros partidos de la oposición, como EU-L'Entesa y el Bloc, entidades cívicas, ecologistas y sindicatos, e incluso la patronal valenciana, han hecho llamamientos al diálogo ante un conflicto que ahonda la frontera de las dos provincias y perfila un enfrentamiento territorial en torno al agua. Esta semana se presentó en Alicante la Plataforma Agua y Diálogo, integrada por todos los partidos progresistas, sindicatos, grupos ecologistas o Nueva Cultura del Agua, que lamentó que la Generalitat y los empresarios alicantinos alimenten un clima de "crispación y confrontación sin precedentes que pueden desencadenar fracturas sociales de larga y difícil reparación".