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DESDE MI SILLÍN | VUELTA 2005
Columna
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Un día más, ¿o no?

La etapa era la misma para todos. Logroño-Burgos, un aperitivo comparado con los bocados que acostumbramos a dar al mapa. Un día corto, pero nervioso. Una etapa aparentemente fácil, pero con una posible trampa, el viento, que finalmente no apareció. Un día, como nos dijo nuestro director en la reunión, en el que no teníamos mucho que ganar, pero sí mucho que perder. Pero, a pesar de todo y en definitiva, era un día tranquilo. Ahora bien, queda abierto el turno de preguntas: ¿qué tal ha ido el día? Empecemos por responder nosotros, que nos pilla más a mano.

Pues, bien, digamos que lo mejor es que ya ha pasado y no ha habido ninguna complicación. Efectivamente, no hemos ganado nada, pero tampoco nada hemos perdido, así que un día menos. En el primer tramo de la carrera nuestra ruta coincidía con el Camino de Santiago. Luego, durante otro, nos apartamos del camino de la fe, allá por Santo Domingo de la Calzada, pero nos reencontramos redimidos con él en las mismas calles de Burgos. Pudimos ver a muchos peregrinos animándonos desde la cuneta (por cierto, nadie del grupo se dignó a animarles a ellos). Creo que nos unía un sentimiento común porque también nosotros somos peregrinos. A ellos les guía la fe (se supone) en la ruta hacia Santiago. A nosotros, jornaleros de la carretera comos nos dicen algunos, nos guía la rutina camino de Madrid. Pero compartimos una esperanza: será duro, pero llegaremos.

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Responde ahora Pasamontes, el único que se atrevió a romper la armonía del pelotón buscando una escapada imposible. ¿El día? Decían que era corto, pero a mí no me lo ha parecido tanto. Durante unos kilómetros tuve fe en lograrlo, pero, al final. resulta que el pelotón jugaba conmigo.

Pedro Horrillo es corredor del Rabobank.

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