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Prisiones traslada a 50 reclusos para reducir la saturación en la cárcel de Nanclares

El 'ararteko' lamenta que no se "garantice" el derecho a la vida en el centro penitenciario

La Dirección de Instituciones Penitenciarias ha comenzado ya a trasladar reclusos de Nanclares de la Oca a otros centros con el fin de rebajar paulatinamente la situación de saturación que se da en la prisión alavesa. La población reclusa ha pasado en poco más de un mes de 750 internos a 700. En los últimos nueves meses han fallecido en el centro seis reclusos, cuatro de ellos por suicidio.

La prisión está preparada para acoger en condiciones adecuadas a 550 personas y está saturada como toda la red penitenciaria española por el incremento de la población reclusa que se ha registrado en los últimos cuatro años. En 2000 había en Nanclares entre 400 y 500 presos.

La reducción de internos, con la consiguiente mejora de las condiciones de vida de los reclusos, forma parte del plan puesto en marcha por Instituciones Penitenciarias para reducir los riesgos de suicidio. Junto a esta medida, se ha reforzado el centro con tres nuevos psicólogos y se han puesto en marcha cursos para funcionarios y para los llamados presos de apoyo.

El ararteko, Iñigo Lamarca, visitará en breve los tres centros penitenciarios del País Vasco (Nanclares, Basauri y Martutene). Tras esta visita se entrevistará con la directora de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo. Lamarca insistió ayer, en San Sebastián, en su preocupación sobre la situación de Nanclares, que calificó de vergonzosa, y lamentó que "el Estado democrático de Derecho no garantice debidamente el derecho más básico de sus ciudadanos, que es el derecho a la vida"."No es el momento de pedir responsabilidades. En cualquier caso, sabemos que hay una investigación interna en marcha", señaló Lamarca para recalcar acto seguido que cree que el problema de fondo es el "hacinamiento", que afecta a todo el sistema penitenciario.

Tras coincidir en su análisis con Instituciones Penitenciarias, el titular del Ararteko recordó que "las personas que están presas, por cualquier circunstancia, tienen suspendido el derecho a la libertad, pero tienen en vigor los demás derechos". Lamarca recordó que la institución que encabeza no tiene la facultad de inspección sobre prisiones. Sin embargo, ya ha recibido la autorización que pidió para visitar las tres prisiones de la comunidad autónoma, lo que hará en breve. En su posterior entrevista con la directora de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, le planteará, según anunció, la firma de un protocolo que permita al ararteko realizar funciones de inspección en ellas.

Mientras, el consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, solicitó ayer una reunión con Gallizo. Justificó la petición en "la grave situación" por la que atraviesa la cárcel de Nanclares de la Oca. En un comunicado, el responsable de Justicia aseguró que deseaba "trasladar, una vez más, su preocupación y conocer de primera mano cuáles van a ser las medidas" que Instituciones Penitenciarias va a adoptar para acabar "con esa oleada de muertes y mejorar las condiciones de vida de la prisión".

Modelo vasco

Azkarraga aprovechó para volver a reclamar para el Gobierno autónomo la competencia sobre organización, régimen y funcionamiento de las instituciones penitenciarias. Así, señaló que su departamento "ya tiene elaborado un modelo de política penal y penitenciaria basado en el respeto absoluto a la dignidad de las personas, la humanidad de las penas y la resocialización, como ejes centrales".

La petición de entrevista de Azkarraga se suma a la campaña de los partidos del tripartito en demanda del traspaso de las prisiones. El Gobierno ha presentado una proposición no de ley en este sentido en el Parlamento vasco y tanto PNV como EA han solicitado la comparecencia en el Congreso de Gallizo para que informe sobre Nanclares.

La prisión alavesa es la cárcel de referencia de la zona norte y tiene un tránsito semanal de cerca de 40 reclusos que van de paso a otros centros. Tan solo 35 de sus reclusos son preventivos. Mientras que la mayor parte de la población de Basauri y Martutene es de presos preventivos (sin sentencia) o con penas de corta duración, Nanclares acoge en su mayoría a penados. Además, todos los reclusos de Euskadi con problemas de salud se acumulan en este centro, al ser el único que cuenta con un servicio médico con presencia de facultativos las 24 horas del día. Fuentes de Instituciones Penitenciarias apuntan también como factores favorecedores del aumento de suicidios registrado en los dos últimos años el hecho de que el perfil del recluso ha cambiado; es más problemático y en algunos casos presenta problemas psiquiátricos. Lamentan que la falta de centros públicos especiales para estos reclusos obligue a derivarlos a prisiones ordinarias.

Nanclares trabaja también un plan específico para el creciente número de reclusos penados por violencia de género, ya que tienen una gran tendencia al suicidio al darse cuenta en la soledad de la cárcel del alcance de su acción. Instituciones Penitenciarias realiza esta labor con personal propio, asociaciones y las propias familias.

Alto consumo de drogas

El último recluso encontrado muerto en la cárcel de Nanclares de la Oca, el pasado sábado, falleció aparentemente por una sobredosis de heroína. El interno era uno de los muchos consumidores de drogas que habitan en prisión. El centro alavés tiene a 80 de sus 700 reclusos inscritos en un programa de intercambio de jeringuillas.

Más allá de estos potenciales consumidores de heroína u otras drogas inyectables, la población con adicción a algún tipo de droga podría rondar, según estimaciones del centro, cerca de la mitad de los internos. Este cálculo engloba de los consumidores de hachís a los enganchados a drogas más duras.

El Gobierno vasco presentó el pasado febrero un programa para dispensar heroína a los presos de Nanclares, un ensayo médico que sólo tiene un precedente penitenciario en Suiza. La idea era que participasen 60 internos con largas condenas y que hayan fracasado en al menos dos tratamientos de deshabituación con metadona.

Nanclares es el centro de cumplimiento del País Vasco y todos los penados de larga duración y todos los problemáticos se concentran en esta prisión.

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