El Ballet Clásico de Moldavia pasa de forma fugaz por la capital

El Ballet Clásico Nacional de Moldavia llega a Madrid para interpretar cuatro joyas emblemáticas de la danza clásica. Lo hará en tan sólo cuatro días de permanencia en la cartelera del Teatro de Madrid, desde mañana y hasta el 11 de septiembre.

La primera pieza que danzarán los 22 bailarines miembros de esta formación será Sherezade, con la música de Rimski-Kórsakov y la coreografía de Mijaíl Fokin, que se estrenó en París en 1910. Es una fantasía exótica basada en el relato de Las mil y una noches donde la reina del harén se enamora del esclavo dorado, aclaran los responsables del programa para ilustrar a los que nunca hayan presenciado este espectáculo. Todavía en la primera parte, el público podrá disfrutar de la coreografía de otro de los grandes, Marius Petipa, que le puso los pasos a El Corsario. Esta pieza narra las peripecias de un corsario que, durante su búsqueda de una joven que ha sido secuestrada, naufraga y consigue llegar a una isla donde hay un mercado de esclavos. El Corsario se percata de que la mujer va a ser vendida y logra liberarla, resumen los programadores.

La segunda parte de la función está integrada por el segundo acto de El cascanueces, al que Chaikovski puso música y Lev Ivanov, movimiento.

El Ballet Clásico Nacional de Moldavia cierra el programa con algunos fragmentos de Don Quijote, en homenaje al IV centenario de la publicación de la obra de Miguel de Cervantes. Esta obra fue estrenada en Moscú en 1969 por Marius Petipa y narra la relación amorosa entre la hija del posadero y el barbero. El padre quiere casar a la hija con otro, pero la mediación de Don Quijote logra que triunfe el amor verdadero, señalan.

La compañía fue fundada en 1953 dentro del Real Liceo Coreográfico de la ex república soviética. En su creación estuvo presente el bailarín Rudolph Nureyev y ahora la dirige Víctor Badica, primer coreógrafo del Real Liceo de Moldavia.