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Los sondeos dan vencedor a Schröder en el único debate televisivo de la campaña alemana

La mayoría de los encuestados considera que Merkel estuvo mejor de lo previsto

El canciller alemán, el socialdemócrata Gerhard Schröder (SPD), de 61 años, ganó el debate televisivo de anoche, el único que tendrá la campaña electoral alemana ante los comicios del 18 de septiembre, según sondeos de opinión realizados tras la conclusión. No obstante, la candidata democristiana (CDU/CSU), Angela Merkel, de 51 años, se defendió mejor de lo esperado. El debate no aportó elementos nuevos y se centró en temas de política interior, con apenas dos referencias a la política exterior: la catástrofe de Nueva Orleans y el ingreso de Turquía en la UE.

Merkel se presentó vestida con un tradicional traje pantalón azul oscuro con grandes botones blancos y blusa blanca. Se adornaba únicamente con una discreta gargantilla de perlas y un ligero maquillaje. Schröder vestía un traje gris marengo, camisa blanca y corbata de grandes rayas oblicuas rojas y blancas. Ambos de pie, ante sendos estrados, respondían a las preguntas de los periodistas, que permanecían sentados. Parecía un tribunal examinador y dos examinandos.

El debate duró hora y media y los dos contrincantes emplearon 38 minutos de tiempo cada uno. El resto se lo repartieron los cuatro periodistas que los interrogaron. Por no aceptar un segundo debate Merkel, como en las elecciones de hace tres años, en esta ocasión las cadenas públicas ARD y ZDF tuvieron que sumarse a las privadas RTL y SAT 1 para retrasmitir las cuatro juntas, cada una con un periodista. El director de la ZDF, Nikolaus Brender, comentó: "Esto tiene un tufo a Corea del Norte".

El debate transcurrió por cauces pacíficos, sin grandes ataques. Schröder parecía contenido y como temeroso ante una contrincante que pudiese despertar las simpatías de los telespectadores con el más débil.

Todos los sondeos realizados por teléfono al concluir el debate muestran que una mayoría que en algunos casos llega al 50% considera que Schröder ganó el duelo. No obstante, la candidata democristiana se apuntó un triunfo importante porque un elevado porcentaje considera que estuvo mejor de lo esperado y muchos mejoraron su opinión sobre Merkel tras el debate. En credibilidad y simpatía Schröder gana, pero la candidata democristiana se impone en una cuestión muy importante con casi cinco millones de parados: un 35% cree que Merkel podrá crear más puestos de trabajo y sólo un 10% consideran a Schröder mejor.

Schröder pidió confianza para su política de asegurar los sistemas de seguros sociales, algo que se olvidó en los años noventa cuando gobernaba la democracia cristiana. Continuó el canciller con la afirmación de que Alemania es una potencia media preocupada por la paz y esto lo corrobora la no participación en la guerra de Irak.

Modernización

Merkel, que abrió su turno con la afirmación de que la democracia cristiana ha demostrado que puede gobernar en 11 Estados federados, aseguró: "He conducido la CDU hacia una línea de modernización que nos pone en forma para el siglo XXI y me siento confiada en poder hacer lo mismo para Alemania". Y añadió: "A diferencia del canciller, me siento segura de mis tropas y mis amigos en el partido".

Merkel sacó a relucir los cinco millones de parados -recordó que el canciller dijo en 1998: "Si no reduzco la cifra de paro no merezco ser reelegido"- y sostuvo que hay que bajar los costes no salariales. Le dijo a Schröder que se había comprometido a destinar el impuesto ecológico al pago de las jubilaciones y que no lo cumplió. También aseguró que la gasolina en Alemania tiene los precios más altos de toda Europa.

Atacó Schröder al aspirante a ministro de Hacienda en el gabinete fantasma de Merkel, el ex juez del Tribunal Constitucional Paul Kirchhof. Según Schröder, su modelo es injusto, porque todos, millonarios o enfermeras, pagarían los mismo, un 25%, y se financiaría a base de quitar las subvenciones a enfermeras, policías o bomberos. Supondría 43.000 millones de euros menos en ingresos fiscales, que se quitaría a educación o a investigación.

Al referirse a la catástrofe de Nueva Orleans se abstuvo Merkel de criticar a EE UU. Schröder aprovechó para replicar que hasta Bush había criticado las deficiencias. Según Schröder, esto muestra que no se puede renunciar a un Estado fuerte. Sobre Turquía sostuvo Merkel la posición de su partido a favor de una asociación privilegiada y en contra de la integración plena en la UE. Schröder replicó que es un error impedir que Turquía se una a Europa, lo que evitaría que se instale allí un islamismo fundamentalista.

La democristiana Angela Merkel y el socialdemócrata Gerhard Schröder se saludan antes del debate.
La democristiana Angela Merkel y el socialdemócrata Gerhard Schröder se saludan antes del debate.EFE

Líderes socialdemócratas ya piensan en la 'gran coalición'

Analistas de los más importantes institutos demoscópicos del país opinan que el duelo en la televisión entre el canciller federal alemán, el socialdemócrata Gerhard Schröder (SPD), y su contrincante, la jefa de la democracia cristiana (CDU/CSU), Angela Merkel, puede decidir si en Alemania gobernará una coalición de centro-derecha entre democristianos (CDU/CSU) y liberales (FDP) o una gran coalición de la democracia cristiana (CDU/CSU) con los socialdemócratas (SPD).

Para todas las pitonisas de la demoscopia alemana la victoria de Merkel en las elecciones del 18 de septiembre es casi un hecho. Todos los sondeos le dan a la CDU/CSU de Merkel una ventaja de un mínimo de 10 puntos sobre el SPD de Schröder. Por eso se consideraba que el duelo en la televisión de anoche no influiría en el resultado electoral. Los analistas coinciden en que el debate puede decidir sobre la composición del futuro gobierno de Alemania. La demoscopia cuenta ya con la derrota de Schröder, pero deja abierta la interrogante de qué coalición de gobierno permitirá la aritmética electoral. La duda es si la democracia cristiana (CDU/CSU) y los liberales (FDP) conseguirán suficientes escaños para formar una coalición de centro-derecha o una gran coalición será la única fórmula posible para gobernar Alemania. Los últimos sondeos pronostican a democristianos (CDU/CSU) y liberales (FDP) una mayoría precaria, casi dentro de los márgenes de error de las encuestas.

En las filas socialdemócratas algunos parecen resignados con la derrota y aceptarían una gran coalición con el SPD como socio minoritario de la democracia cristiana como mal menor. Hasta destacados socialdemócratas del gabinete de Schröder no le hacen ascos a esta posibilidad. El presidente del partido, Franz Müntefering, lo resumió hace días con una frase expresiva: "Estar en la oposición es una mierda".

En el debate de anoche Merkel se defendió mucho mejor de lo esperado. En una primera valoración no parece que vaya a tener una gran influencia sobre las intenciones de voto, pero sí puede haber provocado unos movimientos mínimos, pero suficientes para inclinar la balanza a favor de una u otra coalición de gobierno. A punto de concluir el debate Schröder advirtió a Merkel contra el riesgo de dar por segura la victoria: "Le aconsejo urgentemente que no actúe dos semanas antes de las elecciones como si todo estuviese concluido. Eso es una falta de respeto a los electores".

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