La UE se divide ante el plan de Mandelson para desbloquear el conflicto del textil

Peter Mandelson, comisario de Comercio, propondrá hoy a la Comisión Europea que apruebe su plan para dar salida a la práctica totalidad de los productos textiles chinos retenidos en los puertos europeos por carecer de licencia de importación. Si es aceptada, la propuesta será elevada de forma oficial a los Estados, que ayer se mostraron profundamente divididos sobre las ideas de Mandelson. "Es necesario incrementar los límites cuantitativos a las importaciones de ropas y otros productos textiles procedentes de China", expone el documento. La aprobación de todas las medidas propuestas supondría la llegada de unos 140 millones de prendas más de las autorizadas en el pacto de Shanghai.

Para un notable grupo, que incluye a los cinco países del sur -España, Francia, Italia, Grecia y Portugal- más Bélgica y algunos de los nuevos países, el proyecto no es de recibo y están dispuestos a ir hasta el final para bloquearlo si no se atienden sus intereses. Los procedimientos vigentes permiten a la Comisión imponer su criterio pasado un plazo. Sería ya en octubre y a costa de debilitar gravemente a la Unión Europea y al propio Mandelson en momentos críticos de negociación sobre comercio internacional.

"Una considerable cantidad de productos se encuentran bloqueados en los puertos, lo que cree inesperadas dificultades para la práctica normal del comercio", expone el documento, en un pasaje que adelanta las intenciones de Mandelson. "En estas circunstancias es necesario incrementar los límites cuantitativos a las importaciones de ropas y otros productos textiles procedentes de China".

Mandelson en persona explicó ayer a los embajadores de la Unión las líneas genéricas de su plan y la necesidad de mantener una buena relación con Pekín. No convenció, y la patronal Euratex no se escudó en términos diplomáticos para decir lo que pensaba. "La industria textil y de confección europea volverá a ser la mayor sacrificada por los regalos que se quiere hacer a China", señaló en un comunicado Filiep Libeert, su presidente.

Lejos de aplacar los encrespados ánimos entre productores y fabricantes, ambos alegando pérdidas millonarias en euros y la posible desaparición de miles de empleos, la propuesta de Mandelson los encendió aún más. La máxima tolerancia que propugna Mandelson es vista con buenos ojos por comerciantes e importadores y por los países del norte de Europa, mientras fue rechazada de plano por los del sur y varios del centro y este de Europa, ante quienes Mandelson ha perdido todo el crédito.

Para ellos, lo que hace el comisario es aceptar y condonar una situación que viola las reglas del juego de la UE en el acuerdo de Shanghai del 10 de junio, que establecía incrementos de cuotas de entre el 8% y el 12,5% en una decena de categorías de productos de aquí a finales de 2007.

El comisario ha subrayado en repetidas ocasiones que la paleta de intereses con China es muy amplia y el sector industrial textil tiene la sensación de que Mandelson está dispuesto a sacrificarlo en el altar de las buenas relaciones con China y en nombre de otros sectores más valiosos. Al fin y al cabo, conforme al acuerdo de entrada de China en la Organización Mundial de Comercio, a partir de 2008 no puede haber ningún tipo de controles a la exportaciones chinas a la UE.

Rechazo español

España, uno de los países perjudicados por las propuestas de Mandelson, aun rechazando ayer las ideas del comisario se dijo dispuesta a buscar un acuerdo aceptable por todos.

Pero lo que no era aceptable para un sustancial número de países es que se permita la entrada de todas las prendas llegadas antes del 12 de julio, fecha en que entró en vigor el acuerdo; de los que llegaron durante la siguiente semana sin licencias, y de todos los encargados antes del 10 de junio, aunque sea con contratos a largo plazo.

Los países que se oponen al plan tiene mayoría suficiente para bloquear el intento y ayer se lo hicieron patente a Mandelson, quien hoy todavía podría modificar su proyecto antes de someterlo a la aprobación de la Comisión. La propuesta que acepte el colegio de comisarios será elevada oficialmente a los Gobiernos. Llevado a su extremo, el procedimiento de consultas y discusiones puede llegar a que la Comisión obligue a los Estados a aceptar algo que no quieren. Sería ya bien entrado octubre.

Mientras, las negociaciones prosiguen también entre China y Estados Unidos. Las delegaciones china y norteamericana continuaron en Pekín el diálogo en busca de una fórmula que permita controlar el flujo de exportaciones textiles chinas., ante la impaciencia de los empresarios del sector.