La policía científica investiga los "disparos al aire" en una parada de metro de Barcelona
Al menos 10 heridos en un enfrentamiento entre vigilantes, policías y jóvenes violentos
Al menos 10 personas resultaron heridas en la batalla campal en la que se enzarzaron la madrugada del pasado sábado, en una estación del metro de Barcelona, vigilantes de seguridad, un grupo de jóvenes violentos y agentes del Cuerpo Nacional de Policía que, según fuentes del cuerpo, "dispararon al aire como medida preventiva". La policía científica, a la que las autoridades del metro entregaron ayer una grabación de los hechos, investiga si el orificio en una pared de la estación corresponde a uno de los disparos efectuados por los agentes. El agujero está a 1,80 metros de altura en una zona descubierta, lo que imposibilitaría que la bala llegara rebotada.
El Ayuntamiento de Barcelona, que con las recientes fiestas del barrio de Gràcia ya tuvo que lidiar con numerosos episodios de vandalismo, intentó ayer poner paños calientes a lo ocurrido en la estación de Mercat Nou, de la Linea 1 del metro. "Es una minoría la que rompe la convivencia y se apropia del espacio público", señalaron las autoridades municipales. El Consistorio anunció que "se personará, por la vía civil o penal, en las causas judiciales que se abran contra los responsables de los altercados", producidos en las últimas horas de las fiestas del barrio de Sants.
Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) también se personará como acusador particular en las futuras causas judiciales que se abran. Según su versión, los incidentes empezaron cuando un grupo de jóvenes bloqueó un convoy tras accionar la palanca de seguridad para realizar pintadas en el vagón. Una pareja de guardias de seguridad de Securitas les conminó a dejar de pintar y, según esta versión, los grafiteros los agredieron y también a los vigilantes que acudieron más tarde en apoyo de sus compañeros. Los vigilantes llevaban un perro rottweiler, al que quitaron el bozal reglamentario.
La versión de la Asamblea del Barrio de Sants, que aglutina a varias asociaciones vecinales, difiere por completo, y apunta que el perro no llevaba bozal desde un principio, que fue soltado y que "empezó a morder a todo el que se encontró a su paso". Uno de los heridos por el perro fue un agente uniformado, admite la policía. Los agentes acudieron a la estación cuando otro grupo de unos 30 jóvenes de estética okupa apareció en el lugar. Según la versión de los vecinos, los policías dispararon al menos tres tiros al aire y dos a la altura de los presentes. La asamblea vecinal sostienen que un orificio situado a una altura de 1,80 metros en una de las vigas del pasillo descubierto que conduce al andén fue causado por uno de esos disparos.
La policía asegura que sólo se efectuaron cuatro disparos al aire en una zona a cielo abierto como medida preventiva, y rehusó pronunciarse hasta que no disponga de los resultados de la investigación. Las mismas fuentes añaden que los disparos intimidatorios pueden practicarse a esta altura si no ponen en peligro vida alguna. Ninguno de los heridos es de bala. Además del agente y de cinco jóvenes que fueron mordidos por el perro de los vigilantes, cuatro guardias de seguridad resultaron heridos por los golpes supuestamente propinados por los jóvenes con piedras, botellas y demás objetos contundentes.
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