¿Qué pasa con la seguridad aeronáutica?
Algo está ocurriendo en la seguridad aeronáutica, pero no me refiero a esa seguridad de la que tanto se habla desde los atentados del 11-S. Me refiero a la seguridad aeronáutica del día a día, a esa seguridad en la cual están involucrados directamente los diferentes profesionales del medio aeronáutico.
El transporte aéreo es el transporte más seguro que hay en la actualidad; esto se ha conseguido a través de un cuidado y escrupuloso seguimiento en la aplicación de las normas que afectan a la seguridad aérea, a la alta cualificación y cuidada formación tanto del personal de vuelo como del de tierra y a plantillas acordes para garantizar las operaciones aeronáuticas así como la seguridad de las mismas.
Cada vez más frecuentemente leo y escucho con bastante preocupación cómo asociaciones y sindicatos profesionales del sector denuncian ante la opinión pública, a través de los medios de comunicación, deficiencias y relajación en la aplicación de las normas, comprometiendo de esta forma la seguridad aérea, tanto sea por falta de inversiones, recorte de plantillas, como carencias en la formación del profesional aeronáutico, recortes de presupuestos en mantenimiento de aeronaves, aeropuertos operando sin personal técnico por falta de plantilla; la lista es extensa y preocupante.
El accidente del Airbus 340 de Air France en Toronto el pasado 3 de agosto de 2005, se convirtió en milagro, entre otras cosas, gracias a la respuesta del personal de cabina, profesionales que están formados para afrontar estas situaciones, así como cualquier otra que pueda surgir, y esperemos que no se intente aprovechar la circunstancia de "no servir café", como motivo de justificación para una reducción de plantilla de este colectivo, aun sabiendo que su principal cometido es la seguridad de los usuarios.
Esto demuestra que el transporte aéreo para mantener el elevado nivel de seguridad y la confianza que los usuarios depositan en él tanto las compañías como las administraciones deben de ser muy cuidadosos ante los recortes de gastos y políticas de ahorro que puedan afectar o comprometer los niveles de seguridad aeronáutica adquiridos hasta el momento.
