La Generalitat pide un mes de "tregua" para negociar el Estatuto

El primer consejero del Gobierno catalán, Josep Bargalló, pidió ayer "una tregua" política de un mes entre los partidos para evitar que declaraciones incendiarias envenenen la negociación final del Estatuto catalán. "El Estatuto lo hacemos en Cataluña. Los que están fuera de Cataluña ya tendrán su momento para hablar, y posiblemente algunos luego tendrán que callar o rectificar", dijo Bargalló.

En esta misma línea, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, reclamó tras el Consejo de Ministros que no se produzcan interferencias en el debate catalán. "El campo de juego está en Cataluña, y desde el Gobierno [central] lo que se desea es seguir trabajando para que se logre una buena reforma estatutaria en Cataluña y en el resto de las comunidades autónomas sin que haya interferencia", afirmó la vicepresidenta.

Fernández de la Vega precisó, no obstante, que las reformas estatutarias "deben estar ajustadas a la Constitución, contar con un amplio consenso y responder al interés de la ciudadanía".

La Generalitat, por su parte, encargó ayer un "contrainforme" para contrarrestar los dictámenes solicitados por el Gobierno central con el objetivo de defender las competencias que reclama. Los dictámenes elaborados por los expertos consultados por el Gobierno central califican la reforma del Estatuto catalán de "injustificada e inconstitucional".

Convergència i Unió rechazó el contenido de los informes, que el diputado nacionalista Francesc Homs calificó de "centralistas". Homs afirmó que su existencia prueba que hay una "operación coordinada entre el PSOE y el PSC para abortar el Estatuto de Cataluña".