Respuesta a Sala i Martín
Al final, después de la palabrería "emergente" y "de no borrego intelectual", en las respuestas del profesor Sala i Martín queda lo de casi siempre, la novedad del año: un ataque al estado de bienestar, en este caso el español, que "no es la hostia", según dice Sala, en muestra de estilo decontracté y heterodoxo. "Hospitales con listas de espera, escuelas que son barracones, carreteras que paran en cada pueblo...". Un poco exagerado ¿no? Su solución: "Me pago un seguro privado, un colegio privado, autopistas de peaje". Se los pagarán él y otros que puedan, pero la gran mayoría no puede y de ahí el Estado de bienestar.
Añade que si le cuentas a un americano (quiere decir norteamericano) "se ríe de ti". ¿Todos los ciudadanos de ese país se reirían? ¿También, un ejemplo, uno entre muchos, los 45 millones que no tienen acceso a la sanidad pública? Como es bien sabido, el Estado de bienestar de EE UU (la sociedad desarrollada más injusta del mundo) no es un modelo precisamente, y tiene muchos más agujeros que el español.
Una indicación (jamás un consejo) al profesor, de un modesto economista de a pie, atento observador de la realidad de este país: salga un poco de la Columbia University en los aledaños de la 116 y camine unas pocas calles más arriba hasta Harlem e incluso pase el río y llegue al Bronx. Seguro que allí no se ríen mucho del Estado de bienestar.
Hay que ver las cosas que hay que decir y hacer para tratar de alcanzar, fuera de los minoritarios círculos universitarios, ese cuarto de hora de fama del que hablaba Warhol.