Siria bloquea la investigación de la ONU sobre el asesinato de Hariri
Siria bloquea desde hace seis semanas la investigación de Naciones Unidas sobre el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, muerto el pasado mes de febrero en un atentado con coche bomba en Beirut, cuando se dirigía en un vehículo del Parlamento a su domicilio. El principal sospechoso de ese asesinato son los servicios secretos sirios en Líbano, según aseguraron en su momento amplios sectores de la oposición democrática libanesa.
Los trabajos de la comisión de investigación de la ONU, presidida por el abogado alemán Detlev Mehlis, se encuentran paralizados a la espera de la respuesta del Gobierno sirio a una serie de preguntas relacionadas directamente con el asesinato de Hariri al tiempo que tratan de conseguir un permiso oficial de Damasco para interrogar a cinco testigos clave en el caso, entre los que se encuentra el ex jefe de los servicios secretos en Líbano el general Rustom Ghazali y sus dos colaboradores en Beirut, los oficiales Mohamed Majlouf y Jamaa Jammaa.
Hasta el momento, el equipo de investigadores, formado por medio centenar de personas, ha tomado declaración a más de 200 testigos de los que sólo se deduce un posible inculpado en el atentado; el general Mustafá Hamdane, jefe de la guardia presidencial de Líbano. La comisión que inició sus trabajos el pasado mes de junio tiene un mandato que expira el próximo 15 de septiembre, pero a la vista de los retrasos en la encuesta, se verá obligada a solicitar una prorroga.
El bloqueo provocó que el pasado jueves el presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, el embajador de Japón Kenzo Oshima, hiciera público un comunicado que, de manera indirecta, denunciaba la actitud del Gobierno sirio y llamaba a todas las partes a "cooperar plenamente con la encuesta de la ONU" y a "responder de manera adecuada" a los cuestionarios.
La denuncia de estas dilaciones provocaron ayer una respuesta fulminante del Gobierno sirio, asegurando que de ninguna manera estaba bloqueando la investigación ya que simplemente se trataba de un mal entendido originado por las múltiples actividades y los viajes del ministro de Asuntos Exteriores sirio, Farouk Al Chareh.
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