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Los iraquíes fracasan otra vez en su intento de pactar la Constitución

El radical Al Sáder pide calma para evitar una guerra entre chiíes

Los representantes de los grupos étnicos y religiosos iraquíes no logran llegar a un acuerdo sobre la Constitución que permita avanzar en el calendario político marcado por EE UU. El plazo de tres días otorgado por el Parlamento para que la minoría suní diera su respaldo al borrador presentado el pasado lunes por kurdos y chiíes expiró anoche sin sombra de acuerdo. Los dirigentes kurdos y chiíes, que tienen mayoría absoluta en el Parlamento, y EE UU se enfrentan ahora a un serio dilema: aprobar la Constitución y seguir adelante sin el apoyo de los suníes, con lo que se arriesgan a un recrudecimiento de los ataques de la insurgencia, o disolver la Asamblea Nacional, con el consiguiente retraso del proceso político y la prolongación de la ocupación militar, cada vez más criticada dentro de Estados Unidos.

Las negociaciones sobre la Constitución no detuvieron la oleada de violencia. La policía iraquí encontró ayer junto a una carretera los cadáveres de 36 hombres maniatados con un tiro de bala en la cabeza. Y el líder radical chií Múqtada al Sáder llamó ayer a la calma tras los enfrentamientos protagonizados por sus seguidores y las milicias, también chiíes, del Consejo Supremo de la Revolución Islámica.

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