'Listas negras' aéreas
La publicación de listas negras de compañías aéreas poco seguras y países que no cumplen los requisitos de seguridad es un paso necesario y un derecho de los usuarios. Pero no puede sustituir la imperiosa necesidad de aplicar controles más numerosos y estrictos y prohibir volar a las compañías que no cumplan las normas de seguridad. Las autoridades públicas -internacionales, regionales en el caso europeo y nacionales- deben realizar un mayor esfuerzo en este sentido.
Agosto ha sido un mes nefasto, con cinco catástrofes y más de 330 muertos en el mundo, a pesar de lo cual el avión sigue siendo el medio de transporte más seguro. La muerte de 152 franceses, de un total de 160 fallecidos en un vuelo en Venezuela, ha llevado al Gobierno francés a anunciar que el lunes hará públicas las compañías prohibidas, las de países en que serán prohibidas (hay una treintena apuntados por la Organización de Aviación Civil Internacional), las regulares y los chárteres autorizados en Francia, y las susceptibles de ser fletadas por compañías autorizadas. Son listas negras que ya se publican en otros países como Reino Unido, Italia o Estados Unidos. A la vez, desde Bruselas, la Comisión Europea intenta resucitar para acelerar su aprobación medidas similares a escala de toda la UE, otras para reforzar la capacidad de control a este respecto de la nueva Agencia Europea de Seguridad Aérea (AESA), y más comunicación entre los Estados miembros de la información de que disponen sobre las compañías aéreas.
Aunque el año pasado más de la mitad de las personas que murieron en accidentes aéreos viajaban en chárteres, no cabe equiparar vuelos baratos e inseguridad. Hay compañías aéreas en Europa que han abaratado los vuelos, contribuyendo de manera colosal a la capacidad de viaje de las gentes, respetando escrupulosamente todas las medidas de seguridad. Las normas no pueden ser diferentes según el precio del billete. Y para aplicarlas, no bastarán listas negras, sino más controles.
