Barcelona reformará sus ordenanzas para combatir el creciente gamberrismo

Las ordenanzas municipales no resultan eficaces para combatir el gamberrismo creciente que azota Barcelona. El equipo de gobierno trabaja en una nueva redacción que debe entrar en vigor el 1 de enero y que sirva para erradicar comportamientos no previstos y que ahora no son catalogados como delitos ni como faltas, según explicó ayer el portavoz municipal, Ferran Mascarell. El concejal responsable de la seguridad, Jordi Hereu, reconoció que la política que realiza el Ayuntamiento barcelonés no es plenamente eficaz. "Hay veces en las que la sanción económica no sirve de nada", dijo Hereu.

"¿Qué se hace con alguien que está durmiendo en mitad de la calle?", se preguntó ayer Hereu, para responderse él mismo: "No es un delito, no es una falta, no podemos detener a nadie por eso ni ponerlo en el pueblo de al lado". Y la concejal y alcaldesa accidental Marina Subirats dijo: "Barcelona no desea un modelo policial basado sólo en la represión; por tanto, el combate al incivismo dará resultados a medio y largo plazo".

Subirats y Mascarell coincidieron en distinguir los problemas de convivencia que originan los comportamientos incívicos de los sucesos de Gràcia, a los que la alcaldesa accidental definió como "violentos y antisociales". Una cosa es orinar en una calle y otra concentrarse en grupos y destrozar mobiliario urbano. Los destrozos en elementos públicos, que inicialmente fueron valorados en unos 25.000 euros, tendrán un coste mucho mayor, cercano al doble de esa cantidad, explicó Mascarell.

Los criterios de actuación municipal en materia de civismo, insistió Mascarell, se basan en la prevención y la pedagogía, por una parte, y el ejercicio de la autoridad cuando lo primero falla. "Venceremos en esta batalla porque los ciudadanos y el equipo de gobierno estamos de acuerdo en todo", dijo el portavoz del Ayuntamiento de Barcelona.

No habrá pleno

Lo que no habrá es un pleno municipal dedicado a debatir sobre este asunto. Lo había pedido la oposición, a la que Mascarell acusó de actitud catastrofista y de no presentar más propuestas que la crítica. Subirats insistió: primero se buscará la complicidad de la ciudadanía, el convencimiento. Cuando esto falle se aplicaran las sanciones que sean necesarias. Pero, dijo, "la represión no es el camino".

Hereu reconoció que el incivismo es cada vez "menos excepcional" y que hay zonas especialmente afectadas, como Ciutat Vella. La Guardia Urbana tiene en marcha la "operación diana", que consiste en despertar a quienes duermen por las calles o en acompañar a las brigadas de limpieza de las playas y ahuyentar a quienes utilizan la arena para cama. Hasta 6.594 personas han sido desveladas por este procedimiento.

La Policía Local ha decomisado 33.037 latas en 2.861 intervenciones contra vendedores ambulantes sin licencia y ha actuado en 698 ocasiones contra trileros. Dentro de un par de días se instalará en las zonas playeras una nueva señal que prohíbe aparcar a cualquier vehículo que no sea un turismo, para erradicar de esas zonas las caravanas, furgonetas y camiones. Y guardias de paisano patrullan en las zonas conflictivas, Pero evitar que la gente orine en las calles resulta, de momento, complicado: "Es cosa de segundos y se da en miles de casos", reconoció Subirats.