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Entrevista:EVANS D. GLIWITZKI | Cura católico casado

"Pasarán 100 años antes de que se admita el matrimonio sacerdotal"

Dos mujeres caminan por la acera sombría de la calle San Agustín, en La Laguna (Tenerife) cuando, al pasar por la puerta del Obispado, se paran y abrazan a un cura. "Éste es el que va a ser el nuevo obispo, el casado, qué bueno conocerlo", dicen. La anécdota la contaba ayer en el patio del edificio un risueño Evans David Gliwitzki (Zimbabue, 1940) a Bernardo Álvarez, que sucederá en septiembre a Felipe Fernández como obispo de Tenerife. De complexión fuerte, el conocido como padre Evans, el primer pastor anglicano casado y con hijas ordenado en España como sacerdote católico, habla con voz pausada, en inglés "para evitar que se me malinterprete". Ayer dijo su primera misa.

Pregunta. ¿Cómo vivió la ceremonia de ordenación como sacerdote católico?

"Me disgusta que la Iglesia anglicana ordene mujeres como sacerdotes; su papel es otro"

Respuesta. Como en el comienzo de una nueva vida. Estaba muy nervioso. Había rezado durante años para que llegara este día. En los últimos 20 años trabajé como un pastor anglicano, pero desde el principio he pensado en este paso hacia la Iglesia católica romana. Me invade un enorme sentimiento de júbilo, de fe. Ahora sé que tengo un futuro claro, lo que no me ocurría antes. Mi familia me arropó mucho el domingo.

P. ¿Cree que su caso abrirá alguna puerta para que los sacerdotes puedan casarse?

R. Sinceramente, no lo creo. Lo que ha ocurrido conmigo ha sido una dispensa muy especial y de ello no podemos interpretar nada más que eso.

P. Benedicto XVI, que apoyó su ingreso en la Iglesia católica cuando era cardenal, ¿no será más permisivo que Juan Pablo II con el matrimonio de los curas?

R. Antes de ser nombrado papa ya era un hombre que dominaba perfectamente la ley y no lo veo cambiando este asunto ahora mismo. Sé cómo piensa, hemos hablado mucho sobre la unidad de las dos iglesias -la anglicana y la católica romana-, hemos intercambiado documentos, pero no creo que se produzcan cambios en el futuro. Desde luego, no mientras yo viva.

P. ¿Ni a medio plazo?

R. No. Lo que ha ocurrido conmigo ha sido una dispensa muy especial.

P. ¿Percibe que sus fieles aceptarían a los sacerdotes casados?

R. Para ser sinceros, la primera vez que llegué a España, mi circunstancia no fue bien aceptada, les costó mucho. Se produjo muy lentamente. No creo que un cambio como éste se produzca ni en los próximos 100 años. Desde luego, ahora no veo la abolición del celibato, porque la Iglesia tiene que afrontar otros problemas.

P. ¿En qué aspectos influye el que un sacerdote esté casado?

R. Estamos hablando siempre sobre una hipótesis. En el mundo de ahora los matrimonios también se rompen. ¿Quién podría demostrar si el matrimonio es bueno o no para los sacerdotes, de forma genérica? Me gustaría creer que debería ser -con muchas comillas, por favor- un complemento.

P. ¿Es consciente de que miles de ojos lo vigilan?

R. Sí. Mucho más desde dentro de la Iglesia que la gente en general. Veo ventajas y desventajas por igual. Como soltero, puedo dedicarle el cien por cien de mi tiempo a mi misión, lo cual es muy difícil estando casado. Tengo que atender también a mi familia. No creo que el Señor apruebe que me desentienda de mis obligaciones familiares. Hay tantas cosas en que mi mujer me ha ayudado, con su sabiduría, con soluciones simples para problemas complejos en las que yo no había ni pensado. Patricia ha sido un gran apoyo en mi vida. Así que escucho al Señor y también a mi mujer. En muchos momentos de mi vida me he planteado cuántas cosas más podría hacer si estuviera soltero, es un debate personal muy difícil. Tengo la suerte de tener una gran esposa, pero la obligación permanente de ser un buen marido, máxime cuando hay tantas tentaciones que le aparecen a uno, en especial si estás casado, ya sabe lo que quiero decir.

P. ¿Comparte que las mujeres sean sacerdotes?

R. Estoy muy en contra de ello. Por favor, no interprete desprecio en mis palabras. Somos iguales, pero también somos hombres y mujeres. Y la ley de la iglesia ha elegido a los hombres como sacerdotes. Hay otras muchas labores que las mujeres pueden desempeñar en la iglesia, juntos.

El sacerdote católico Evans David Gliwitzki.
El sacerdote católico Evans David Gliwitzki.PEDRO PERIS

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