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Serra defiende los fuegos artificiales en los límites de la Calderona

"Hemos actuado dentro de la legalidad, nadie de fuera va a venir a decirnos cómo tenemos que celebrar una fiesta por la que se nos conoce en toda la Comunidad Valenciana, no se cambiará el recorrido de la baixada de Sant Roc y no vamos a aceptar que los forasteros que están en los despachos de Valencia hagan acusaciones infundadas sobre nuestra tradición". Fueron algunas de las afirmaciones de Javier Arnal, alcalde socialista de Serra (Camp de Túria) ante decenas de vecinos de la localidad que acudieron al pleno extraordinario y urgente celebrado ayer a las 13.00. La polémica sobre la legalidad y la idoneidad del disparo del castillo de fuegos artificiales en la ermita de Sant Roc se evidenció ayer en convocatoria extraordinaria en el Consistorio. La cita tenía por objeto la aprobación de una propuesta de resolución en la que los tres partidos con representación en la Corporación (PSPV, PP y UV) solicitan: "El sobreseimiento de cualquier expediente de investigación ante los hechos acaecidos"; la rectificación del director del Parque Natural de la Sierra Calderona de "las manifestaciones efectuadas el pasado 19 de agosto en diferentes medios de comunicación, en las que pone en tela de juicio, sin fundamento alguno, las actuaciones que por parte de este Ayuntamiento se han elaborado como medidas preventivas ante la realización de los actos festivos"; y muestran su desacuerdo "ante la posible prohibición sin justificación alguna por parte de otras administraciones de la tradicional baixada de Sant Roc". La respuesta en la votación fue el respaldo unánime.

El alcalde rechazó las críticas al disparo del castillo de fuegos artificiales en la ermita de la localidad -hecho que investiga el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil por si es constitutivo de alguna infracción y que la Consejería de Territorio entiende no ajustado a la normativa por realizarse a menos de 500 metros del límite de la zona forestal del parque natural- y defendió una práctica festiva con más de 60 años de tradición cuya ejecución no ha sufrido modificaciones. Su defensa de "un acto cultural festivo catalogado de interés turístico por su trascendencia y arraigo" fue jaleada intensamente por los vecinos. Arnal entendía que la polémica obedecía a un vendetta política por las críticas que realizó hace pocas semanas a la Administración autonómica sobre el incumplimiento de compromisos esenciales adquiridos el pasado año tras uno de los incendios más graves que ha sufrido la sierra; no precisó a qué distancia se disparó el castillo de fuegos artificiales, aunque reiteró que se hizo a más de 500 metros y afirmó que volvería a autorizarlo.

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