Aires de pueblo en plena ciudad
La fiesta mayor del barrio de Sants arranca sin aglomeraciones y doce calles engalanadas
Con el ruido ensordecedor de una avalancha de tracas, Sants inició en la mañana de ayer su fiesta mayor. Durante estos días, hasta el próximo sábado, el barrio barcelonés recupera los aires de un tranquilo pueblo en pleno jolgorio. Una sensación añeja que crece al pasear entre los sencillos ornamentos de sus calles. En esta edición se han engalanado 12, una más que el año pasado. La calle de Valladolid, que recrea con carrozas y calabazas el cuento de la Cenicienta, se ha convertido pronto en la favorita de los niños. Es una de las más vistosas, porque, en general, los decorados son poco espectaculares. Por ejemplo, los vecinos de la calle de Guadiana han empleado unas modestas bolsas de basura negras y blancas para construir un tablero de ajedrez.
Otros han preferido conmemorar su veteranía. La calle de Alcolea de Baix lleva 25 años participando en la fiesta y sus vecinos han decidido recordarlo a los visitantes con un enjambre de telas que sostiene los carteles de las últimas entregas de los festejos. Lo mismo han hecho los de la calle de Galileo, que se sumaron a la celebración hace una década, con un montaje que rememora con miniaturas algunas de sus hazañas decorativas, entre las que destaca la Torre de Pisa que construyeron en la edición de 2000. La principal atracción de la calle de Alcolea de Dalt es un tambor que sirve de portalada, mientras que la de Vallespir se asemeja a una pequeña isla paradisiaca con una cabaña y palmeras de papel.
Los decoradores de la calle de Rosés han logrado superar airosos su debut con un decorado que reproduce la fachada de un cortijo andaluz. La de Robrenyo está consagrada a los fastos literarios del Quijote y la de Canalejas sumerge al curioso en el interior de un castillo medieval. Completan la oferta ornamental los motivos del Egipto faraónico de la calle de Finlàndia, un pintoresco quiosco ubicado en la de Sagunt y las guirnaldas florales de la plaza de la Farga, transformada en un jardín dieciochesco. La entrega de premios del concurso de calles engalanadas se celebra hoy en el parque de la Espanya Industrial (19.30 horas).
La inauguración de la fiesta de Sants coincidió con la clausura de la de Gràcia, lo que motivó una jornada sin aglomeraciones dedicada, sobre todo, a bailoteos, sardanas, butifarradas y otras citas gastronómicas que llenaron la barriada con un persistente tufillo de sardinas chamuscadas. "¡Esto es vida!", se felicitaba una vecina ante un plato a rebosar de judías blancas.
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