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Francia redistribuirá los ingresos fiscales extra derivados de la escalada del petróleo

Villepin apuesta por la energía nuclear y las renovables ante una crisis que considera duradera

Francia redistribuirá los excedentes fiscales generados por el alza de los carburantes entre los sectores más afectados por la escalada del precio. Ésta fue la promesa lanzada ayer por el primer ministro, Dominique de Villepin, tras convocar de urgencia a los ministros del área económica para estudiar el impacto del encarecimiento del petróleo. Una comisión independiente calculará cuánto ha recaudado el Estado de más por el alza extraordinaria del combustible sobre lo presupuestado. El excedente será repartido, vía reducciones fiscales, entre transportistas, agricultores, pescadores y taxistas.

Dominique de Villepin reunió ayer a varios de sus ministros para presentar, en conferencia de prensa, las líneas generales de un plan de acción ante "la situación del mercado petrolífero, con el crudo por encima de los 66 dólares". Villepin asume estar ante "una crisis que será duradera", debido a que el petróleo es "un bien escaso", cuyas reservas conocidas "sólo pueden cubrir las necesidades de la humanidad hasta 2030". A esa estimación hay que añadirle otros factores que, siempre según Villepin, obligan a replantear el horizonte energético francés para "garantizar la independencia energética nacional, tal y como fue concebida por el general De Gaulle".

Acompañado de los titulares de Economía, Medio Ambiente, Industria y Transportes, Villepin repitió en dos oportunidades la voluntad de "transparencia" del Gobierno. Así, anunció la creación de una comisión parlamentaria que seguirá y evaluará los eventuales ingresos suplementarios derivados de las tasas que gravan la gasolina (situadas en el equivalente al 74% del precio del litro) o el gasóleo (67%) de manera que el Estado "no se beneficie de unos montantes de oportunidad". Si el monto supera lo previsto en el presupuesto de ingresos, el excedente será redistribuido entre los sectores más afectados, dijo Villepin.

Si bien no cifró ninguna de las medidas a adoptar o ya adoptadas, Villepin sí explicó las directivas a seguir. Por un lado, reivindicó la energía nuclear y la construcción de centrales de la llamada tercera generación, mientras que por otro insistió en el potencial de las energías renovables. "En la actualidad, el 14% de la electricidad francesa es de origen hidráulico, eólico, solar o de la explotación de los biocarburantes; en 2010, ese porcentaje deberá ser del orden de un 25%", dijo.

El ministro de Transportes, Dominique Perben, dijo haber estado negociando con los transportistas por carretera durante todo el mes de julio para acordar desgravaciones consecuentes en la compra de combustible para uso profesional. Los pescadores, agricultores y taxistas también han sido objeto de atención particular, beneficiándose de una fiscalidad reducida que aún lo será más si el barril se mantiene por encima de los 60 dólares.

Dependencia energética

Thierry Breton, ministro de Economía, coincidió con Villepin en defender "la energía nuclear como base en la que se asienta nuestra independencia energética", pero también de la necesidad de "diversificar las fuentes de aprovisionamiento". Breton recordó que hacen falta 350.000 millones de años para que se cree un litro de petróleo. "No estamos ante una crisis coyuntural, sino ante el final de un ciclo", dijo.

Pese a todo, los ministros relativizaron el impacto del precio del petróleo sobre la situación económica francesa: "La inflación seguirá por debajo del 2% y el crecimiento esperamos que alcance ese porcentaje una vez superado el bache de aire que hemos atravesado a finales del año pasado y durante el primer trimestre de 2005. Lo peor ya ha pasado", añadió Breton.

La oposición socialista ha reivindicado que se resucite la llamada TIPP flotante. Se trata de una Tasa Interior sobre los Productos Petrolíferos, modificable en función del precio del barril. Esa medida estuvo vigente durante el Gobierno de Lionel Jospin para garantizar al consumidor la estabilidad del precio de la energía, pero Villepin la desestimó ayer debido a la magnitud de la inflación de los precios del combustible. "Hay que evitar medidas que favorezcan el consumo de gasóleo o gasolina".

Villepin quiso dar "unas perspectivas claras" en materia de política energética, que resumió en tres ejes. El primero consiste en impulsar la inversión pública en investigación y obligar a las petroleras a que reinviertan parte de sus beneficios para mejorar la capacidad de refino de Francia. Además, en el terreno nuclear, la aceleración de la puesta en marcha de los reactores EPR. El segundo eje gira sobre el desarrollo de las energías renovables. Por último, Villepin quiere una fiscalidad más favorable para los vehículos que no contaminen y las instalaciones de calefacción que funcionan con energía solar.

Villepin, junto al ministro de Trabajo, Jean-Louis Borloo (izquierda), y de Economía, Thierry Breton, en junio pasado.
Villepin, junto al ministro de Trabajo, Jean-Louis Borloo (izquierda), y de Economía, Thierry Breton, en junio pasado.AP

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