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Reportaje:

Renfe se engancha a las obras del Gobierno

La compañía ferroviaria quiere aprovechar el plan estratégico de infraestructuras (PEIT) para renovar completamente su parque con una inversión de 5.534 millones de euros

Ramón Muñoz

Renfe no quiere dejar pasar el tren del Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes (PEIT) 2005-2020 del Gobierno, que pretende convertir al ferrocarril en el principal medio de transporte. La nueva Renfe operadora quiere aprovechar este interés del Ejecutivo para asegurarse de que los Presupuestos Generales del Estado incluyan su propio y ambicioso plan de inversiones de más de 5.500 millones para los próximos cinco años.

El principal destino de la inversión, por línea de negocio, será cercanías y regionales, con el fin de descongestionar las grandes ciudades
Del total de la inversión, 4.050 millones de euros se destinarán a la compra de nuevos trenes, y 1.568 millones, a sustituir el parque actual

El Gobierno quiere llenar de vías de ferrocarril el mapa de España en los próximos 15 años. Los planes del Ministerio de Fomento son que la red ferroviaria de alta velocidad se multiplique por 10, pasando de 1.000 a 10.000 kilómetros. El 90% de la población vivirá a menos de 50 kilómetros de una estación de esta red al acabar el plan.

La transformación sobre el territorio será total, ya que ahora prácticamente sólo tienen acceso a la alta velocidad el eje Sevilla-Madrid-Lleida y el corredor mediterráneo. En el futuro, la accesibilidad se extenderá a todo el cuadrante noroeste peninsular, especialmente a Galicia; la zona Cuenca-Teruel, Andalucía oriental y Murcia.

La mejor prueba de que el ferrocarril es la estrella del PEIT es que absorbe el 43,7% del total de sus fondos, hasta los 108.760 millones de euros.

La nueva Renfe operadora, que desde la liberalización de comienzos de año ya sólo se ocupa del transporte y ha dejado las vías en manos del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), quiere aprovechar esta oportunidad -la última antes de la entrada de la competencia- para renovar su parque de trenes y convertirlo en el más moderno de Europa. Nueve mil nuevos kilómetros de AVE necesitarán muchos trenes.

Se trata de quitarle el protagonismo al coche y, sobre todo, de robarle los clientes al avión. La batalla se plantea en ver quién se hace con el mercado de media distancia, entre 400 y 600 kilómetros.

El reto es doble porque también deberá convertirse en una empresa ferroviaria competitiva antes de 2010 (fecha de la liberalización del transporte de viajeros), cuando las empresas privadas también entrarán en el mercado. Para ello, y sin el lastre ya de la deuda, absorbida por el Estado, Renfe plantea ahora un ambicioso programa de inversiones de 5.534 millones de euros en los próximos cinco años. Una inversión considerable -la mayor de la historia de la empresa presidida por José Salgueiro- si se tiene en cuenta que entre 1990 y 1996 el gasto en material rodante fue de 2.477 millones de euros, y de 1997 a 2003 se redujo hasta los 1.231 millones.

Nuevas líneas

Del total de la inversión global, 4.050 millones se destinarán a la compra de nuevos trenes, y de ellos, 2.151 millones se destinarán a la adquisición de material nuevo para dar servicio y atender las necesidades comerciales de las nuevas líneas que se construirán según el plan de infraestructuras del Gobierno.

Asimismo, invertirá otros 1.568 millones de euros en la adquisición de material móvil para sustituir al parque actual, que está obsoleto. El 76,5% de los trenes regionales y el 27% de los de cercanías tienen más de 20 años.

Por línea de negocio, el principal destino de la inversión será cercanías y regionales, con el fin de descongestionar las grandes ciudades. Se destinarán 1.806 millones que servirán para adquirir 439 trenes.

Las unidades para equipar las nuevas líneas de alta velocidad se llevarán una inversión de 1.145 millones, mientras que mercancías recibirá 453 millones para la compra de material y la mejora del parque actual.

Renfe pretende modernizar también sus talleres, donde se realizará la mayor parte del mantenimiento de las nuevas unidades mediante una inversión de 332 millones. Las estaciones de cercanías, gestionadas por Renfe, aunque propiedad del Adif, recibirán una inversión de 214 millones.

Con la modernización del parque se pretende atraer a un mayor número de viajeros y dar un servicio de más calidad y con un alto nivel de puntualidad. Renfe prevé un incremento de viajeros para los próximos cinco años de casi 100 millones más, para pasar de los 480 millones registrados en 2004 a los 578 millones previstos en 2009.

El aumento de viajeros y la mejora de la eficiencia comercial redundará, a su vez, en un aumento de los ingresos. La estimación del plan es alcanzar en 2009 los 2.474 millones de euros, un 79% más que lo ingresado en 2004.

Otro objetivo del plan es reducir la aportación del Estado. Respecto a 2004, las contribuciones públicas se reducirán en nueve puntos, con lo que las aportaciones serán el 10% del total de los costes (un nivel de autosuficiencia del 90% en 2009, frente a un 80% en 2004). Las unidades de alta velocidad, grandes líneas y mercancías tendrán equilibrio presupuestario.

Renfe también tiene pendiente una adecuación de su plantilla. La compañía ha acordado con los sindicatos un plan social que incluye un expediente de regulación de empleo (ERE) con prejubilaciones y bajas incentivadas a las que podrán acogerse voluntariamente hasta 2.000 trabajadores durante los próximos cinco años.

No obstante, la compañía estima que al expediente se acogerán unos 1.500 empleados. Como quiera que el plan prevé la incorporación de 667 trabajadores durante los próximos cinco años, la plantilla -15.000 empleados- no se reducirá en más de 1.000 personas.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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