Los españoles tiran de deuda para consumir

El crédito al consumo en España ha duplicado su volumen en ocho años, hasta situarse en 62.274 millones de euros, el 8% del PIB, en línea con la media europea. La compra de un Porsche Cayenne, un viaje a China o incluso una liposucción, están al alcance de los españoles como nunca antes lo habían estado. Los bajos tipos de interés no sólo han estimulado la compra de viviendas, sino también el consumo de productos y servicios. Hoy, las familias españolas recurren al endeudamiento para pagar el 14% de su consumo final.

El euríbor a 12 meses está en el 2,24%, mientras que todo parece indicar que será difícil que en ese mismo plazo la inflación baje del 3%

El pasado julio, Porsche Ibérica cerró su ejercicio fiscal con un nuevo récord de ventas en España y Portugal: un total de 2.576 unidades, 499 más que en el año anterior. El director general de la filial hispano-lusa de la mítica marca, Joachim Lamla, atribuye la buena marcha del negocio al "excelente momento económico que vive España".

Pero a nadie se le escapa que los españoles han descubierto en los bajos tipos de interés una especie de maná para financiar su consumo. No es de extrañar que se hayan lanzado a endeudarse para gastar ese dinero en coches, viajes e incluso en operaciones de cirugía estética. Corporación Dermoestética, la mayor cadena de clínicas dedicadas a esta actividad, asegura que el 40% de sus operaciones son financiadas.

Dinero barato

Y es que el dinero barato es casi una novedad para las dos generaciones de españoles que en la actualidad están en disposición de ingresar y gastar. Valga como referencia que el tipo del mercado interbancario a tres meses se situaba en 1990 -en pesetas-, nada menos que en el 15,15%. Hoy, el Euríbor, tipo que se intercambian depósitos en euros, se sitúa en torno al 2,24% a 12 meses, mientras que todo apunta a que la inflación en ese mismo plazo difícilmente bajará del entorno del 3%. En otras palabras: a los españoles les trae cuenta endeudarse, ya que los tipos de interés, en términos reales -es decir, si se descuenta el efecto de la inflación-, son negativos. La Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto) confirma que el factor que sigue impulsando el mercado automovilístico español es el bajo precio del dinero.

El crédito al consumo en España ha duplicado su volumen en ocho años. A finales de 2004, este tipo de financiación sumaba 62.274 millones de euros, frente a los 29.182 millones de 1997. Pero si entonces ese importe equivalía al 5,9% del PIB español, la cifra a finales del año pasado representaba el 7,8% de la economía. Este porcentaje, según el Instituto de Estudios Económicos (IEE), se encuentra "en torno a la media comunitaria", por encima de países como Italia o Grecia, pero muy por debajo del alcanzado en Alemania, Reino Unido o Suecia, y a años luz de Estados Unidos. Los españoles financiaban a finales de 2004 el 14% de su consumo, frente al 10,1% de 1997. El protagonismo de las deudas en el balance financiero de las familias ha ido creciendo hasta llegar a representar el 100% de su renta bruta disponible. Es decir, en términos agregados, las familias mantienen niveles de endeudamiento iguales a su renta libre para el gasto antes de impuestos. Aunque no ha dado una señal de alarma, el Banco de España ya ha aludido al "deterioro" de la situación financiera de las familias, que debían una cantidad equivalente al 0,4% del PIB a finales de marzo como resultado de sus operaciones de financiación.

Sin embargo, a pesar de su empuje, el crédito al consumo no es el principal culpable de ello. Según los últimos datos de la entidad que preside Jaime Caruana, el saldo del crédito concedido a las familias para la compra de bienes duraderos -una medida de parte del crédito al consumo- se colocó en 39.375 millones de euros en el primer trimestre de este año, lo que supuso un crecimiento del 9% respecto al mismo periodo de 2004. La cifra, en cualquier caso, palidece al lado del saldo de 351.757 millones de euros que acumulaban las familias en créditos para la compra y rehabilitación de viviendas, un aumento interanual del 22%.