Agua va
La sequía que padecemos en Madrid es la peor de los últimos 75 años, según datos del Ministerio de Medio Ambiente. Tiene que llover a cántaros para que se purifique la ciudad y se llenen los pantanos. Mientras tanto, la gente se está convenciendo de que el agua es un bien escaso pero fundamental para la vida.
Conozco a una persona que incluso ha dejado de regar los cuatro geranios de su terraza por motivos cívicos. Los ciudadanos, con las flagrantes excepciones de siempre, controlamos más los grifos y el derroche. Si la lluvia no llega, nos espera un otoño temerario. Las autoridades también están alarmadas. El propio Ayuntamiento dictó hace bien poco un decreto en el que se establecen medidas de ahorro de agua en la ciudad.
Ese decreto es agua de borrajas porque el mismo Consistorio se lo pasa por la entrepierna. En las problemáticas obras que se están realizando en la M-30 se utilizan diariamente 60.000 litros de agua, que toman de manantiales del subsuelo y del metro.
Las autoridades municipales nos están dando algo así como gato por liebre. Esto pudiera ser una irresponsabilidad en las actuales circunstancias. Hay un refrán que más que refrán es una obviedad: "Agua en cesto se acaba presto". De lo cual se colige otra obviedad: el Ayuntamiento acaso es un cesto. Se piensan ellos que estamos en la Luna.
Pero, señoras y señores, estar en la Luna se ha puesto por las nubes y sólo se lo pueden permitir los multimillonarios de verdad: valen 100 millones de dólares los pasajes que ofrece la compañía norteamericana Space Adventures, que cuenta ya con más de 1.000 clientes potenciales. No estamos en la Luna, por tanto. No tenemos pasta suficiente para ello. Todo lo más, en Babia o en Las Batuecas. Pero, seguramente estamos entre Pinto y Valdemoro, que nos queda más cerca. En todo caso, con la cuestión del agua, estamos entre la espada y la pared. El agua de Madrid tiene fama secular de ser una de las mejores de la península Ibérica, pero el agua de Madrid se nos puede terminar, porque no se puede meter agua en un cesto. Además, hay otro refrán que viene bien al caso: "El hacer bien a un bellaco es guardar agua en un saco".
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