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Crítica:MOTOS | BMW K 1200 R | PRUEBA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La BMW más especial

Una 'roadster' diferente con el motor más potente y soluciones técnicas peculiares

LA NUEVA K 1200 R estrena un motor de arquitectura diferente a lo habitual en BMW y tiene la potencia más alta de la categoría (163 CV). Aplica soluciones técnicas inéditas entre las roadster, las motos deportivas sin carenado que dejan la mecánica a la vista. Pero el despliegue no aporta grandes ventajas frente a sus rivales japonesas y tiene un precio elevado, 14.750 euros, que se convierte en prohibitivo para la mayoría si se añaden elementos recomendables como la frenada con ABS-Integral Parcial (1.236 euros) y la suspensión ESA (765 euros), que permite regular electrónicamente desde el manillar la dureza de los amortiguadores y elegir entre tres programas: normal, confort y sport. Todavía faltarían los detalles prácticos, como la cúpula sport (194 euros) o los puños con calefacción.

Todo esto convierte a la K 1200 R en una moto diferente y exclusiva, aunque no sólo por el precio. Y es que, al margen de este factor y su peculiaridad mecánica, aporta un diseño muy especial y una imagen espectacular. Es una moto grande y larga con el depósito alto que hace al piloto sentirse casi abrazado al conjunto, y combina un frontal rotundo con una trasera más afilada que aligera la figura.

NUEVO MOTOR K

BMW ha prescindido en esta moto de sus motores boxer y ha seguido el camino de sus competidoras desarrollando un nuevo cuatro cilindros en línea en posición transversal con refrigeración líquida. Tiene 1.157cc, 16 válvulas y una moderna inyección electrónica. Lo más original son los cilindros, que van muy inclinados hacia delante. Rinde 163 CV a 10.250 revoluciones, es el más potente de la categoría y cuenta con un cambio de seis marchas y transmisión por cardan.El chasis, de doble viga de aluminio, lleva el motor formando parte del mismo para aumentar la rigidez. Destaca la suspensión delantera, denominada Duolever, que tiene dos patas rígidas de aluminio y un amortiguador central para independizar la frenada de la suspensión. Evita que se hunda la parte delantera al frenar para que no afecte a la dirección, por ejemplo cuando hay baches. Atrás monta la suspensión Paralever de BMW, y los frenos incluyen el sistema EVO (servofreno electrónico), al que se puede añadir el ABS-integral parcial (opcional), muy recomendable por su eficacia y precisión: la maneta derecha actúa sobre las dos ruedas, y el pedal, sobre el disco trasero.

MEJOR PARA EXPERTOS

Con 163 CV, más de 13 kgm de par (fuerza de empuje) y 250 kilos de peso, conducir la K 1200 R no está al alcance de todos. Es muy deportiva y para sacarle lo mejor exige una conducción precisa y sin errores porque no los perdona fácilmente. El motor es algo áspero a bajo régimen, pero responde bien desde 3.000 vueltas y empuja como un cohete entre 4.000 y 9.000.En ciudad acusa las dimensiones, y aunque la altura del asiento ayuda a maniobrar, exige tacto y esfuerzo al soltar el embrague, lo que acaba cansando. En carretera es como si adelgazara, porque se comporta como una deportiva eficaz, aunque hay que llevarla con suavidad y precisión: no acepta bien aceleraciones y frenadas bruscas. Pero conduciendo con finura se disfruta mucho en trazados virados, donde es más ágil de lo esperado. En autopista y circuito cerrado tiene un aplomo y seguridad envidiables, y una estabilidad excelente a alta velocidad.

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