El utilitario coreano más europeo
Ofrece una calidad de conjunto similar a la de los utilitarios europeos más populares, un equipo de serie generoso y un turbodiésel más potente que la mayoría de ellos. Aunque el precio ya no es su principal arma comercial, sigue siendo más asequible que casi todos sus competidores (desde 11.350 euros). El nuevo Kia Rio es un coche moderno y completo que muestra la capacidad de las marcas coreanas para evolucionar y adaptarse a los gustos europeos manteniendo su competitividad.
Estilo europeo
El Kia Rio es un utilitario de última generación que puede competir sin complejos con los modelos de su tamaño. Pero también anuncia un planteamiento más ambicioso de los fabricantes coreanos, que en pocos años han pasado de vender coches mediocres a precios de saldo a ofrecer modelos a la altura de los europeos e incluso superiores en algún aspecto.
El nuevo Rio es un buen ejemplo. Sigue sin tener un diseño rompedor que cautive a primera vista, pero no es más anodino que otros rivales de aquí. Y aporta la presencia suficiente para no desentonar, incluido un toque deportivo acorde con las tendencias actuales. El frontal transmite robustez, con unos faros grandes, las aletas resaltadas y el parachoques integrado en una sola pieza con la parrilla y con una llamativa toma de aire inspirada en algunos modelos alemanes. La vista lateral es más discreta y recuerda al Mégane, porque tiene un abultamiento parecido detrás de las ventanillas. Pero la zona más moderna es la zaga, con unos pilotos originales y un portón bien disimulado. Además, la aerodinámica es eficaz (CX: 0,32).
Grande y polivalente
El modelo de Kia se ofrece en dos carrocerías de cuatro y cinco puertas, con 3,99 y 4,24 metros de longitud, respectivamente, y es uno de los utilitarios más grandes del mercado, por encima de los Ibiza y Fiesta. Estas medidas permiten ofrecer un interior amplio y refuerzan su polivalencia: puede cumplir como coche único para solteros y familias jóvenes. Los asientos delanteros son grandes, aunque la banqueta no sujeta bien; atrás hay suficiente altura y espacio para las piernas, y tiene uno de los maleteros más grandes entre los utilitarios convencionales.
El diseño interior es sencillo y no aporta nada especial, pero tampoco presenta carencias importantes. Los plásticos y tapicerías en tonos grises crean un ambiente algo triste y no es tan refinado como algunos modelos europeos. Pero los ajustes son correctos y no está mal acabado. El salpicadero en dos tonos incluye una consola moderna e integra bien las salidas de la climatización. Y cuenta con huecos de todo tipo, muy prácticos en el uso diario: portagafas en el techo, una repisa delante del cambio y otras dos bajo el volante, posavasos, bandejas para botellas en las cuatro puertas, gancho para bolsas en el maletero...
Por lo demás, las suspensiones filtran bien y permiten viajar sin penalizar el confort, pero la insonorización muestra carencias, aunque sólo en carretera y al estirar las marchas: en ciudad apenas se oye el motor y tiene un tacto suave muy agradable.
Tres motores y dos acabados
La gama Rio incluye versiones de cuatro y cinco puertas, y tres motores: 1.4 y 1.6 (97 y 112 CV) en gasolina, y un potente 1.5 turbodiésel (110 CV). Llevan cambio manual de cinco marchas y hay dos acabados, EX I y EX II. El equipo de serie es más completo de lo habitual en los utilitarios e incluye siempre seis airbags, ABS, aire acondicionado, cuatro elevalunas eléctricos y tres años de garantía. El EX II añade llantas de aleación, climatizador y ordenador de viaje entre otros detalles. Pero el radio-CD es opcional y caro (364 euros), y el ESP no está disponible.
Conclusión
El Kia Rio es un coche práctico y polivalente que cumple bien en el uso diario. Ofrece un interior amplio y práctico, y un potente motor turbodiésel con buenas prestaciones y consumos muy bajos. Además incluye un equipo de serie generoso y tiene unos precios asequibles y muy competitivos.
ESPACIO Y DETALLES PRÁCTICOS
El diseño interior del Rio es sencillo y no presenta el refinamiento ni la originalidad de los utilitarios más sofisticados, pero tampoco resulta pobre y busca el sentido práctico aprovechando bien el espacio y ofreciendo una buena dotación de huecos y accesorios funcionales que facilitan la vida a bordo en el uso diario. En cambio, los plásticos y las tapicerías en tonos grises restan atractivo al conjunto.El salpicadero es vistoso e incluye una instrumentación colorista y una consola central con el marco metalizado que integra con gusto el equipo de música (opcional) en la zona superior y los mandos de la climatización debajo. Además, el diseño flotante de la consola deja espacio libre en la zona inferior para integrar una repisa delante del cambio. Los detalles prácticos se completan con otras dos bandejas situadas debajo del volante, un estuche para gafas en el techo y otros huecos más. Y el asiento del conductor lleva un apoyabrazos regulable en el lado derecho. La altura interior permite ofrecer unas plazas traseras desahogadas incluso para los más altos. El maletero es algo más grande que la media de los utilitarios, 270 litros, y llega a 1.145 si se abaten los asientos traseros. Además, incluye una percha para bolsas y dos huecos en los lados. La zaga del Rio está bien resuelta. Destaca la originalidad de los pilotos y el diseño cuidado de la luneta y el parachoques, que disimulan muy bien el portón.
ENTRE LOS MÁS POTENTES
A pesar de su baja cilindrada, el Rio 1.5 es uno de los utilitarios turbodiésel más potentes: sólo el Ibiza y el Polo tienen versiones superiores. Pero sus 110 CV no se reflejan del todo en las prestaciones, similares a las de otros rivales con 90 o 100 CV. En cambio, el acabado EX II ofrece un equipo de serie superior, con seis airbags, climatizador, cuatro elevalunas eléctricos y ordenador de viaje, pero con radio-CD opcional. El Rio cuesta 500 euros más que el Hyundai Getz y 600 más que el Mitsubishi Colt , pero el primero tiene sólo 82 CV y ambos incluyen dos airbags menos. El resto son más caros, empezando por el Fiesta, que cuesta 500 euros más y sólo viene de serie con doble airbag y sin elevalunas eléctricos traseros ni ordenador de viaje. La diferencia sube a 1.200 euros frente al Seat Ibiza, que tiene cuatro airbags, pero supera a todos en prestaciones.
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