Los chiíes radicales exigen autogobierno para el sur de Irak
Los grupos iraquíes tienen que cerrar el lunes un acuerdo sobre la nueva Constitución
En pie ante miles de alistados a su milicia, el líder chií Abdelaziz al Hakim, jefe del Consejo Supremo para la Revolución Islámica, clamó ayer en la ciudad santa de Nayaf (180 kilómetros al sur de Bagdad) por el autogobierno para los 13 millones de chiíes que viven en el sur del país, donde se sitúan también los principales yacimientos de petróleo. Chiíes moderados y suníes rechazaron su petición. Creen que sería el fin de Irak.
A cuatro días de que se cierre el plazo para lograr un acuerdo sobre el texto de la nueva Constitución iraquí -un texto legal que Estados Unidos quiere hacer aprobar sin demora para intentar frenar el auge de la insurgencia-, Al Hakim lanzó desde la ciudad santa chií un desafío a los negociadores de los demás grupos étnicos y religiosos de Irak.
"En cuanto al sistema federal, creemos que es necesario formar una región en el sur", advirtió Al Hakim, cabeza de lista de la coalición chií, la más votada en las elecciones del pasado mes de enero. El líder del Consejo Supremo para la Revolución Islámica presidió ayer en Nayaf un acto en el que la milicia de Al Bader, ala militar de su organización, conmemoraba el segundo aniversario de la muerte de su hermano, el ayatolá Mohamed Baquir al Hakim, fundador del partido, asesinado en un sangriento atentado en esa misma ciudad. "El sistema federal debe establecerse en todo Irak. Pero parece que se quiere impedir que los chiíes cuenten con su propio autogobierno. Hasta ahora, el Gobierno central sólo nos ha traído desgracias", aseguró Hadi al Hamery, jefe de la milicia de Al Bader, creada por chiíes exiliados en Irán para luchar contra el régimen de Sadam Husein.
La posibilidad de que la comunidad chií, que, si se incluye a los instalados en el área de Bagdad, representa al 60% de la población iraquí (25 millones de habitantes), goce de una amplia autonomía supone una amenaza para la viabilidad de un Estado unido en Irak, dada la alta concentración de la producción de petróleo en la provincia de Basora, la principal del sur del país.
Bahaa al Arayi, representante de los chiíes moderados en la Comisión Constitucional, rechazó ayer la propuesta lanzada por Al Hakim. "Crear regiones para los chiíes y los suníes sólo servirá para exacerbar el sectarismo y destruir la unidad de Irak", dijo Al Arayi.
La petición de líder del Consejo Supremo para la Revolución Islámica es vista también como una táctica negociadora frente a la comunidad kurda, que aspira a consolidar en la Constitución la autonomía que goza de hecho en el norte de Irak desde el final de la guerra del Golfo, en 1991.
Un portavoz del primer ministro iraquí, el chií moderado Ibrahim al Yafari, advirtió también: "La idea de una región chií es inaceptable para nosotros".
En la misma línea, el líder político suní Saleh al Mutlak puntualizó: "Esperamos que nunca llegue el día en que se divida Irak. Creemos que los árabes, sean suníes o chiíes, son un solo pueblo. Rechazamos cualquier intento sectario de partir Irak".
Los suníes, que bajo el régimen de Sadam fueron la comunidad dominante en el país, temen ahora que el Gobierno central pierda el control de los pozos de petróleo del sur, así como de los yacimientos del norte, bajo control de las milicias kurdas.
Las disputas sobre el reparto de los ingresos de la exportación de petróleo -la única fuente real de riqueza en el Irak de la posguerra- entre las distintas comunidades amenazan también con impedir un acuerdo sobre el borrador del texto constitucional que, según el calendario fijado por EE UU, debe estar listo el próximo lunes para que pueda ser sometido a referéndum el 15 de octubre.
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