Alonso afirma que el teniente pretendió ocultar las imágenes de la paliza

El ministro del Interior, José Antonio Alonso, confirmó ayer en el Congreso que el teniente José Manuel Rivas no sólo ocultó cuando fue interrogado por sus mandos que había utilizado dos porras no reglamentarias para golpear a Juan Martínez Galdeano sino que, además, pretendió ocultar las imágenes más crudas del vídeo grabado por las cámaras del cuartel de Roquetas. De hecho, cuando los encargados de la investigación interna las descubrieron y le preguntaron al teniente por ellas, éste contestó, según Alonso: "De haber sabido el día anterior de la existencia de estas imágenes no las hubiéramos visto hoy".

Alonso ofreció ayer ante la Comisión de Interior una prolija cronología sobre cómo fue la actuación del Gobierno y la Guardia Civil en el caso Roquetas. En varios puntos de su intervención alabó al instituto armado, subrayó que ha sido la propia institución la que ha actuado para eliminar a sus propias manzanas podridas e insistió en que lo ocurrido en ese cuartel es un hecho "aislado y excepcional".

El ministro, durante casi cinco horas de comparecencia, subrayó la enorme gravedad de un "hecho incontestable": "A un ciudadano que llega por su pie a un centro policial voluntariamente le sobreviene, dentro del mismo, la muerte después de un largo encuentro violento en el que toman parte hasta nueve agentes policiales, entre ellos su máximo responsable". Ante casos como éste y otros que puedan surgir, según Alonso, "el Gobierno será inquebrantable y mantendrá su política de tolerancia cero e investigará hasta el final".

El titular de Interior explicó que apenas una hora después de la muerte de Martínez, el teniente coronel Antonio Barragán, jefe de la Comandancia de Almería, ordenó iniciar la investigación interna. Lo primero que hizo fue enviar a Roquetas a un comandante y a un alférez para instruir el expediente.

Primer visionado fallido

A las 19.00 del 24 de julio, ambos vieron el vídeo, junto "al cabo primero Montes (implicado en los sucesos)" y el teniente. Éste, para empezar, dijo que sólo había usado la fuerza física y un spray para reducir a Martínez, y omitió que le golpeó con una porra eléctrica y otra extensible. Además, en el vídeo que vieron sus jefes no figuraban las imágenes más crudas. Montes y Rivas explicaron a los investigadores que no había nada más grabado, "pues todo transcurre en la parte de atrás, en una zona oculta al ángulo de visión de la cámara".

Al día siguiente, mientras un informático de la Guardia Civil intentaba extraer las imágenes del disco duro del ordenador del circuito cerrado del cuartel, encontró una nuevas imágenes esclarecedoras. En ellas se aprecia cómo el teniente golpea durante dos minutos al detenido con dos porras antirreglamentarias (le asesta al menos siete golpes con cada una), mientras otros cuatro funcionarios lo sujetan y una agente "le arremete un golpe con una defensa de las de tipo reglamentario en las piernas". El vídeo fue remitido a la Comandancia de Almería, donde fue visto por el teniente coronel y el comandante encargado de la pesquisa interna.

Tras el visionado, se presentó ante ellos el teniente Rivas, quien, según Alonso, ya sabía de la existencia de nuevas imágenes. "Después del visionado", explicó el ministro, "el teniente coronel y el comandante le preguntan por qué no comentó el día anterior el empleo de la defensa eléctrica que se ve con claridad en las imágenes y el teniente Rivas parece que les dice, cito textualmente, comillas: 'De haber sabido el día anterior de la existencia de estas imágenes las mismas no las hubiéramos visto hoy". El hecho de que el teniente hubiera omitido el uso de las porras irregulares "junto con la crudeza de las imágenes" llevaron al teniente coronel al apartar al teniente Rivas del puesto de Roquetas.

Por lo tanto, según Alonso, tanto la cadena de mando de la Guardia Civil como el Ministerio del Interior "tomaron las riendas del asunto desde el primer momento" para "investigarlo todo y llegar hasta el final con absoluta transparencia". El ministro rechazó las acusaciones de que en España se practica de forma más o menos sistemática la tortura y de que la Guardia Civil es un vestigio del anterior régimen "al que en el pensamiento popular se le teme como enemiga", tal y como dijo el diputado de ERC Agustí Cerdá.

Revisión de protocolos

"Niego totalmente que las fuerzas y cuerpos de seguridad españoles practiquen la tortura, niego que las leyes españolas sean torturadoras", enfatizó el ministro, antes de sentenciar: "Tenemos una buena calidad democrática y vamos a seguir teniéndola y mejorándola". Alonso reveló que ha dado instrucciones para que se revisen los protocolos relacionados con el trato a detenidos para mejorar los mecanismos de control y perseguir con mayor eficacia "las desviaciones que puedan producirse".

El Gobierno, informó, firmó en abril pasado el protocolo facultativo del Convenio contra la tortura de las Naciones Unidas para que comisionados de la ONU puedan acceder a los centros de detención policiales. "En España con este Gobierno habrá tolerancia cero en la defensa de los derechos humanos", insistió.