La plantilla del Barça muestra su inquietud por el cambio de césped

La plantilla del Barça no ocultó ayer su inquietud por cómo quedará el césped del Camp Nou, cuya mitad (unos 4.000 metros cuadrados) ha tenido que ser sustituida y replantada después de los daños que sufrió el pasado domingo al celebrarse en el estadio un concierto del grupo musical U2. Los técnicos en jardinería empezaron a replantar ayer la superficie afectada y los jugadores temen en qué situación estará dentro de 10 días, cuando se disputará la vuelta de la Supercopa ante el Betis.

El resquemor de la plantilla va en dos direcciones: primero, por cómo puede influir la hierba en su juego, basado en la posesión y la circulación del balón. Y segundo, por el riesgo de sufrir lesiones, como las que padecieron hace un año cuatro jugadores que se rompieron la rodilla jugando en el Camp Nou. Gabri, uno de ellos, aseguró ayer que su lesión no fue por culpa del campo, pero avisó, sin embargo, de que puede ser peligroso según cómo quede el césped. "Es una incógnita. Lo sabremos cuando podamos entrenarnos en él", dijo. Giuly fue de la misma opinión y lamentó que no podrán hacerlo en el Camp Nou antes de recibir al Betis. Un miembro del cuerpo técnico confía en que el campo estará bien, pero deslizó: "Habrá que ir con cuidado, estará blando".

En Anoeta, estadio de la Real Sociedad, donde la banda irlandesa actuó el pasado martes, los responsables de jardinería están valorando los daños causados.