Alonso descarta cambios en las fiestas de Vitoria pese a las agresiones del día 4

El alcalde de Vitoria, el popular Alfonso Alonso, aseguró ayer que el inicio de las fiestas de Vitoria se mantendrá sin cambios, pese a los incidentes y agresiones ocurridos el día 4. Alonso se negó a considerar otra variación que un mejor estudio de las medidas de seguridad y negó haber recibido petición alguna para relevar a la policía local de su cometido de escolta a Celedón. El alcalde atribuyó las agresiones a un grupo "organizado y perfectamente identificado", que vinculó al Gaztetxe del Casco Viejo y en el que espera que se practiquen más detenciones

"No creo que todos tengamos que cambiar por una minoría de reventadores. Habrá que cambiarlos a ellos". El alcalde de Vitoria se negó ayer con ese razonamiento a pensar en introducir cambios en el acto inicial de las fiestas, pese a que las agresiones han subido este año de tono, causando varios heridos.

Alonso negó que el propio formato de la llegada de Celedón, el personaje que abre las fiestas, propicie este tipo de incidentes. "El chupinazo es un acto tumultuoso, bullicioso, pero pacífico. Gorka Ortiz de Urbina, el Celedón, sólo sufrió agresiones cuando atravesó por un grupo concreto de personas. En el resto del trayecto, puede haber gente que se aglomera o empuja, pero no agresión. El foco está totalmente localizado y los incidentes están centrados y focalizados en ese grupo", insistió el alcalde.

Por ello, aseguró que "vamos a seguir repitiendo el chupinazo el año que viene", al tiempo que negó haber recibido alguna queja de agentes o mandos de la policía local, ni petición de relevo en la protección a Celedón en su paseo hasta la balconada de San Miguel, donde le esperan autoridades e invitados. "El jefe de la Policía Municipal soy yo, sus mandos me han reportado diariamente y no he tenido ninguna manifestación de que les desagrade el cumplimiento de sus funciones. Sí creo que comparten conmigo la preocupación por contener y reducir a ese grupo de reventadores que se cuela en la plaza para, al hilo de una reivindicación política, ejercer actos violentos", señaló, en presencia del responsable del cuerpo, Luis Cid, que asentía a sus afirmaciones.

La Policía Local hizo "un trabajo admirable" el día 4, dijo Alonso, que apuntó claramente a grupos de matriz radical-abertzale como autores de las agresiones. "Hay un grupo organizado, conocido; se les ve, no van de incógnito. Quedan a una hora determinada en un lugar determinado, ese centro cultural que es el Gaztetxe", ironizó el alcalde, "y casualmente portan banderas y emblemas alusivos a la organización terrorista ETA". "Desde allí bajan y toman posiciones debajo de la balconada", lo que, según Alonso, constituye su objetivo principal el 4 de agosto. "Ya puestos, extienden su acción adonde tienen ocasión", dijo en referencia a las agresiones a Ortiz de Urbina y a los agentes que le custodian. "Lo que no podemos hacer es resignarnos. Nuestra función es perseguir a los delincuentes, garantizar la seguridad e impedir que el año que viene ese grupo pueda campar a sus anchas", recalcó. No especificó si se establecerán controles de acceso a la plaza y dejó las decisiones sobre medidas adicionales de seguridad para después de las vacaciones, una vez que la investigación arroje sus conclusiones y se reúna la Junta de Seguridad. "Tenemos tiempo de analizarlo con calma para el año que viene", dijo.

El alcalde anunció también que espera nuevas detenciones, añadidas a la del lunes, como fruto de una investigación policial que cuenta para su desarrollo, dijo, con "filmaciones de otras personas que integran ese grupo". Alonso reivindicó el transcurso pacífico del resto de las fiestas y deseó que San Sebastián y Bilbao vivan las suyas del mismo modo. La concejal de Cultura, Encina Serrano, ensalzó el desarrollo de todos los actos y destacó que los visitantes foráneos hayan crecido un 50%, según desvelaría el aumento en las consultas a la Oficina de Turismo, que han pasado de 3.784 en 2004, a 5.693 este año.

El concejal de EA Antton Belakortu apostó por "profesionalizar" a los agentes que escoltan a Celedón, una tarea ahora voluntaria. También deseó la detención de los autores del incendio de diez contenedores de papel la pasada madrugada.