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Los sindicatos reclaman a Industria que vigile la venta de Gamesa Aeronáutica

Temen que las elevadas ayudas públicas recibidas no sirvan para consolidar la plantilla

Pedro Gorospe

Los sindicatos van a reclamar al Departamento de Industria que vigile todo el proceso de venta de la división aeronáutica de Gamesa, que en el País Vasco emplea a cerca de mil personas, todas ellas en Álava, y a otras 1.250 en el resto de España. La venta de la división por 140 millones de euros, más una deuda de otros 285 millones, preocupa a los trabajadores y al resto del sector. Las centrales creen que las cuantiosas ayudas públicas que ha recibido la división en forma de vacaciones fiscales y ayudas a fondo perdido a la inversión justifican el control de la operación.

La empresa ha recibido durante estos años cuantiosas ayudas públicas a la inversión. El Ejecutivo sabía que Gamesa debía ser el elemento tractor de un sector estratégico muy tecnologizado y con importantísimas inversiones en I+D como es el aeronáutico. Así que el Gobierno actuó en consecuencia, dándole todo el apoyo económico e institucional posible. El entonces lehendakari José Antonio Ardanza visitó la sede principal de la empresa estadounidense Sikorski para impulsar un contrato para que Gamesa fabricase helicópteros, que posteriormente firmó en el año 1996.

Cuando Gamesa consiguió en 1995 su primer contrato para desarrollar las alas del avión brasileño Embraer, modelos 145 y 135, no disponía de instalaciones productivas adecuadas. El Departamento de Industria diseñó prácticamente el parque tecnológico de Miñano, en Álava, para dar cabida a la división aeronáutica del grupo. Ambos fueron creciendo a la par.

Los cuatro principales sindicatos vascos -ELA, UGT, CCOO y LAB- creen que el Gobierno vasco debe ahora tener garantías, antes de la venta, de que todas esas ayudas van a seguir revirtiendo en el tejido social y laboral vasco. Juan Carlos Gómez, de ELA, presidente del comité de empresa de GPA, una de las firmas integradas en la división aeronáutica, explica que le parece muy descarado que "tras diez años disfrutando de las vacaciones fiscales decidan vender la empresa. Esa exención de impuestos y el resto de ayudas que han recibido con esfuerzo de todos, por tratarse de dinero público, obliga moralmente al Gobierno a tener la vista muy encima de la operación de venta".

Lo cierto es que Gamesa Aeronáutica, aunque sigue ganando dinero, es de desarrollo lento y con altibajos.

El espectacular crecimiento que registró la división hasta los atentados del 11-S se convirtió a partir de esa fecha en retroceso y búsqueda de soluciones. Ese mismo año presentó su primer expediente de rescisión de empleo para un total de 183 trabajadores.

En 2002, Gamesa intentó crear Alerión , el mayor grupo aeronáutico, junto a Sener e ITP

con una facturación global cercana a los 700 millones. Tras el fracaso de las conversaciones, buscó un socio que reforzase la división aeronáutica, pero tampoco lo encontró, a pesar de aproximarse al grupo italiano Alenia -nueva firma que salió de la privatización de Fininmecanica-para venderle en torno al 30% de la división.

Los sindicatos no han recibido ninguna comunicación sobre el cuaderno de venta de la división, que fija su precio en 140 millones. Aunque ya era pública la intención del grupo de desprenderse de ella, no han sido avisados por la dirección de las condiciones ni del calendario.

Comisión tripartita

Ni el Gobierno vasco ni la Diputación de Álava conocen el detalle de la operación.

El responsable de Acción Sindical de UGT, Francisco Puelles, señaló ayer que "el Departamento de Industria tiene que vigilar el proceso. Sería un ejemplo de transparencia sentar a una comisión formada por Gamesa, el Gobierno vasco y los sindicatos para conocer de primera mano las exigencias de la empresa con los nuevos propietarios".

Para Puelles no se trata de intervenir la operación, pero sí de controlar que las subvenciones dadas van a seguir siendo productivas en Euskadi.

Fuentes de CCOO y de LAB creen que la participación del Gobierno vasco en la fase final de la venta es "obligatoria". En Miñano trabajan unas 170 personas en la ingeniería Gamesa Desarrollos, y 470 más en Gamesa Producciones Aeronáuticas. En el resto de la provincia trabajan 250 empleados en Moasa y 225 más en Fuasa.

Un operario trabaja en la planta vitoriana de Gamesa Aeronáutica.
Un operario trabaja en la planta vitoriana de Gamesa Aeronáutica.FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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