La gran prueba de Barbosa

En sus 82 años de historia, el Villarreal pisa por primera vez la cuna del fútbol, las Islas Británicas, para ganarse el derecho a estar entre los 32 mejores de Europa: la Liga de Campeones. No es un reto cualquiera para un equipo que ha transitado por los sótanos. Deberá eliminar al Everton, club fundador de la Liga inglesa (1888), en cuya competición fue cuarto el curso pasado, dejando a su vecino y campeón de Europa, el Liverpool, a expensas de una invitación de la UEFA para entrar en la Champions. De ahí, que el estadio de Goodison Park espere hoy un llenazo, unos 44.000 espectadores, para recibir al emergente Villarreal.

Dos estilos casi opuestos, por cierto, pues los toffees se ajustan al perfil del viejo juego británico: aperturas a los costados y centros al área en busca del cabezazo certero. Casi siempre por parte de Ferguson, un tallo de casi dos metros. Por mucho que la presencia del fino Arteta, que ha fichado este verano por tres millones de euros, sea un intento desesperado por suavizar esa tendencia. El ex centrocampista de la Real Sociedad es una pincelada contradictoria en el espíritu del Everton, aunque se pretenda aprovechar su calidad en las segundas jugadas para dar el pase definitivo.

El Villarreal llega reforzado en su filosofía del fútbol trenzado y paciente tras su exitosa pasada campaña en la Liga española, en la que fue el tercero. El conjunto de Manuel Pellegrini parece el mismo de entonces, pero mejorado. ¿O sólo lo parece? Atrapado Riquelme cuando se antojaba imposible, contratados dos refuerzos experimentados (Tacchinardi y Kromkamp), además de otros dos jóvenes valores (Valencia y Barbosa), al Villarreal se le presenta, sin embargo, una gran incertidumbre: ¿será capaz el tierno Barbosa de sustituir con garantías al impresionante Reina de la temporada pasada? Precisamente, Reina, ahora en el Liverpool, acogió cálidamente a sus ex compañeros tras su llegada el domingo por la noche al aeropuerto John Lennon. Compartió mesa con algunos de ellos y les explicó lo que les espera esta noche. Mucha presión, mucho juego aéreo.

Difícil misión para Barbosa, internacional juvenil argentino de 20 años procedente del modesto Banfield, en el que destacó sobremanera el pasado ejercicio. Claro que en el Villarreal, que pagó por él un millón y medio de euros, le acompaña hasta ahora la sombra de la duda. Hoy es un gran día para disiparla, pues tanto el club como el entrenador chileno han apostado por él hasta que se demuestre lo contrario. Lo escrutarán desde todos lados y, desde el banquillo, el veterano López Vallejo, a quien los técnicos del club alaban su profesionalidad, pero no le dan el puesto de titular.

La ribera del río Mersey divide a los dos conjuntos de Liverpool, cuyos estadios se divisan a tiro de piedra. Arrumbado por el Liverpool de Bill Shankly en los años 60, el Everton presume de ser el auténtico anfitrión de la ciudad portuaria. De ahí, que la fachada principal de Goodison Park salude con la inscripción: The People's Club.

Este estadio disfrutó del mayor goleador de la historia de la Liga inglesa, Dixie Dean, autor de 60 goles en la campaña 1927-28. Casi 60 años después, también pasó por allí otro bombardero: Gary Lineker, que conquistaría la Bota de Oro con 40 tantos en la de 1985-86. Hubo otras épocas de esplendor representadas por Alex Young, Howard Kendall, Colin Harvey y Alan Ball. Pero los últimos éxitos se remontan a los años 80, cuando Kendall, ex técnico del Athletic, dirigió aquel Everton que ganó dos Copas inglesas y la Recopa de 1985. Desde entonces, sólo los fogonazos de Gascoigne, Ginola y Rooney han animado la decadencia de un club que trata de volver a ser el que fue, el equipo de la gente de Liverpool.