Guipúzcoa destinará 662 millones hasta 2007 a construir carreteras
La Diputación pretende culminar así la ampliación de su red viaria
Guipúzcoa afronta un periodo decisivo para culminar la ampliación de su red de carreteras de alta capacidad. Hasta 2007, la Diputación de Guipúzcoa acometerá obras de construcción de carreteras en seis frentes de forma simultánea, lo que se traducirá en una inversión global de 662 millones de euros en los dos próximos ejercicios. Sólo este año, el gobierno foral destinará 300 millones a infraestructuras viarias.
Los trabajos se realizarán simultáneamente en la autopista A-1 (Eibar-Vitoria), el corredor Beasain-Durango, la autovía del Urumea, la variante de Pasaia de la N-1, los terceros carriles de la autopista A-8 (Bilbao-Behobia) y el inicio del segundo cinturón de San Sebastián. Todo este entramado viario permitirá completar el denominado "anillo de Guipúzcoa" que conectará entre sí las carreteras de alta capacidad del territorio.
Tras la apertura, el pasado viernes, del tercer tramo de la A-1, el que va desde Bergara hasta Mondragón, esta autopista tiene en servicio 15 de los 32 kilómetros del tramo guipuzcoano. Quedan por ejecutar otras dos fases, entre Mondragón y Eskoriatza y desde esta localidad hasta el limite con Álava, que estarán acabados a finales de 2007. El primero costará 90 millones, mientras que el limítrofe, que incluye el túnel de Arlabán (el más largo de Euskadi, con 3,3 kilómetros de longitud), ya en construcción, ascenderá a 192 millones.
Por el corredor Beasain-Durango, que conectará en un futuro la N-1 con la A-1 y la A-8, ya se puede circular hasta Zumárraga. El siguiente tramo, hasta Urretxu, también se ejecutará durante los dos próximos años con una inversión de casi 50 millones.
Otra de las intervenciones clave en el mapa de carreteras se está obrando en la travesía del Urumea, que permitirá desahogar el tráfico que soporta N-1 entre Andoain y San Sebastián. El Departamento de Carreteras calcula que las obras estarán finalizadas dentro de dos años tras una inversión de casi 100 millones. Para esa fecha estarán construidas las variantes de Andoain y Urnieta, y el tramo entre Hernani y la capital guipuzcoana, que incluye una nueva entrada por el barrio de Martutene que desembocará en la futura estación intermodal prevista en Riberas de Loiola.
Segundo cinturón
La terminación de la variante de Pasaia de la N-1, que permitirá bulevarizar Pasaia Antxo, se prevé para el primer semestre de 2007 tras una inversión de 24,4 millones. Esta obra se inició a raíz de la ampliación a tres carriles de la A-8 entre Irún y San Sebastián, que tendrá continuidad en todo el tronco de la autopista hasta el límite con Vizcaya. La próxima intervención para ensanchar la autopista será entre Orio y Aritzeta, con un gasto de 37 millones. Además, desde Orio se realizará un acceso a la A-8 en dirección a San Sebastián.
Y, finalmente, durante los próximos dos años se llevarán a cabo las primeras obras del segundo cinturón de San Sebastián, que consistirán en realizar un gran by-pass a la variante donostiarra. Esta prolongación de la A-8, de 16 kilómetros de longitud, será una vía de pago que bordeará la capital. Partirá de Oiartzun y, tras atravesar Astigarraga, Hernani y Lasarte-Oria, llegará hasta la zona de Aritzeta. El año que viene empezarán los trabajos entre Oiartzun y Astigarraga, donde conectará con la autovía del Urumea. El coste global es de 220 millones.
El segundo cinturón, cuyo inicio se ha demorado varios años, absorberá gran parte de la circulación de la variante de San Sebastián, que registra más 100.000 vehículos diarios y un elevado índice de accidentalidad. El segundo cinturón estará terminado a comienzos de 2009.
La suma de todas estas intervenciones totalizan una inversión pública de 662 millones de euros, una cifra que supera las cantidades que la Diputación y su sociedad foral Bidegi han desembolsado en los pasados ejercicios. Este año, el gasto en carreteras ascenderá a 300 millones.
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